Estos sucesos fueron dados a conocer por algunas cadenas de televisión de Estados Unidos que transmitieron fotos que mostraban a un pequeño grupo de soldados maltratando a los prisioneros.
También, desde mediados de enero y después de denuncias recibidas en el terreno de los acontecimientos y consignadas ante sus oficiales superiores por soldados preocupados por estas acciones, el Ejército ha llevado a cabo al menos cuatro investigaciones formales y diferentes de los hechos denunciados. Estas investigaciones son dirigidas por altos oficiales del Ejército, incluyendo la Oficina del Inspector General de esa fuerza armada.
Las investigaciones abarcan el comportamiento, las prácticas de la inteligencia militar y los procedimientos del personal asignado a diferentes centros penitenciarios e incluyen no sólo a las prisiones en Irak, sino también a las situadas en Afganistán.
El noticiero de televisión Fox News informó que el presidente George W. Bush urgió al Secretario de la Defensa Donald H. Rumsfeld para que asegure que los soldados que sean encontrados culpables de "estos vergonzantes actos" reciban el castigo adecuado.
En las últimas semanas, se han presentado cargos formales contra seis soldados de la Policía Militar y el proceso de audiencias preliminares sigue su curso. Al menos uno de esos soldados será presentado para ser juzgado en corte marcial.
También el Congreso de los Estados Unidos ha tomado cartas en el asunto. El Comité del Senado de los Servicios Armados ha citado a oficiales del Pentágono para que presten declaraciones formales.
Se conoció que el interés principal del Pentágono es asegurar que todos los aspectos de esta materia sean totalmente investigados y aclarados.