Las colas interminables que se forman en las bodegas cubanas son uno de los tantos sufrimiento que tiene que pasar un cubano bajo el terrible sol del verano, para poder comprar el pan y los otros artículos de la libreta de racionamiento, destaca en un reporte Janny Dachel Fernández residente Camagüey.
En la calle Bembeta entre 20 de Mayo y Cielo de la provincia de Camagüey. hay una bodega donde compran las personas que antes pertenecían a otras cinco bodegas que se derrumbaron por la falta de mantenimiento del estado. Allí se aglomeran más de cien personas para comprar el pan para poder desayunar.
El pan está en mal estado (viejo porque casi siempre lo venden con más de 24 horas de hecho).
Pero cuando llega a la bodega la dieta, la mortadella o el picadillo de soya, entonces las colas pueden llegar a tener más de cuatrocientas personas. Sin mencionar que los pocos productos que aquí se dan, son de muy mala calidad, precisa Fernández.