El general Musharraf ordenó una investigación sobre el atentado, el cual dejó a 150 personas heridas, y prometió indemnizar a las familias de las víctimas.
Según las autoridades paquistaníes, hay indicios de que tres hombres estuvieron involucrados en el atentado. Uno de los atacantes sobrevivió y está detenido.
Los agresores dispararon contra la muchedumbre de creyentes chiitas y después hicieron detonar explosivos atados a sus cuerpos.