La escalada de precios se produce en medio de informaciones preocupantes sobre problemas de extracción y suministro de petróleo en el sur de Iraq, donde las acciones de los insurgentes en contra de las instalaciones petroleras habían provocado una reducción temporal del volumen de producción iraquí.
Según informan las agencia de noticias EFE y Reuters, fuentes oficiales declararon que las exportaciones de crudo iraquí se habían reducido a 1.100.000 barriles a causa del sabotaje el pasado lunes, de un oleoducto de 48 pulgadas que comunica los campos petrolíferos del sur de Iraq con los terminales de Basora y Khor al-Amaya en el Golfo Pérsico. El oleoducto dañado habría sido reparado rápidamente y se preveía un restablecimiento de la producción normal a finales de día martes.
Al mismo tiempo, en Rusia, la mayor empresa petrolera de esa nación, Yukos, continuaba su batalla para evitar la quiebra. El lunes, funcionarios de hacienda confiscaron por segunda vez la producción de la unidad Yuganskneftegaz, la principal de Yukos, en un signo que podría interpretarse como la decisión del estado de resolver el problema financiero de la empresa, desmantelando la compañía petrolera.
Mientras tanto en Venezuela, la inminente realización del Referéndum Revocatorio de la presidencia de Hugo Chávez, es otro de los asuntos que concita la atención de los operadores en los mercados internacionales del crudo.
Los analistas temen que se sucedan eventos inesperados que generen conflictos socio-políticos alrededor de la consulta electoral del 15 de agosto, y que estos sucesos, pudiesen dar lugar a interrupciones en la industria petrolera venezolana, como ha ocurrido en el pasado bajo el régimen de Chávez.
En lo que va de año, los precios del petróleo han sufrido un aumento de más del 30 por ciento y ahora se teme que el suministro actual resulte insuficiente para cubrir el más rápido crecimiento en la demanda mundial registrado en más de dos décadas.