Rumsfeld llegó inesperadamente a Iraq y se reunió en Bagdad con el presidente interino Jalal Talabani, y el recién nombrado primer ministro Ibrahim Al-Yaafari.
Posteriormente el Presidente y el Primer Ministro declararon a la prensa que le prometieron a Rumsfeld que combatirán la corrupción administrativa y se esforzarán por garantizar una transición “tranquila y oportuna” hacia un gobierno constitucional.
Algunos funcionarios de Estados Unidos han expresado preocupación respecto a que las maniobras políticas de facciones iraquíes podrían debilitar los esfuerzos para combatir a la insurgencia.
Rumsfeld también se reunió con las tropas americanas y habló con la alta oficialidad.