Un referendo de esa naturaleza demoraría o impediría la retirada programada para mediados de año y además derrumbaría al gobierno del primer ministro Ariel Sharon, ya que El Partido Laborista, que forma parte de la coalición de gobierno, ha advertido que dejaría el gobierno si se realizara el referendo.
El Partido Laborista, de izquierda e inclinado a hacer concesiones a los árabes, ha sido por este motivo un sólido partidario del plan de retirada que promueve Sharon.