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Gilberto Dihigo / Paciencia, la democracia y el castrismo


Al final, el mal experimento del castrismo se desvanecerá dentro de las dogmáticas pirámides que ellos mismos construyeron y sin un verdadero relevo generacional

La errática estrategia con respecto a las Damas de Blanco, la muerte de Orlando Zapata en una huelga de hambre y los recientes cambios dentro del gabinete castrista demuestran a las claras que el gobierno de Raúl Castro se debilita a ojos vistas y el tiempo corre a favor para los cambios democráticos en la isla.

Por supuesto, eso no significa que mañana finalice la dictadura. Nada de eso, pero así como entre muchos factores la ruina económica y el envejecimiento de sus líderes contribuyeron a la caída del imperio romano, estos sucesos que vemos en la actualidad son vehículos eficaces para enviar al castrismo y su régimen hacia el basurero de la historia.

Nunca antes los argumentos castristas para justificar sus acciones fueron tan débiles como para probar que reprimir, asediar y atacar a las pacíficas Damas de Blanco es una “defensa de la revolución”.

Incluso algunos de sus tradicionales aliados tuvieron que criticarlos de manera abierta, como fue el caso del gobierno español. Es más, muchos que todavía tienen los ojos vendados dentro de la isla, abrieron el entendimiento ante la canallada de las turbas violentas con las indefensas mujeres.

El régimen compartimenta la información para el cubano de a pie y siempre distorsionó cualquier referencia de la oposición bajo los manidos calificativos de “mercenarios del imperio”, “asalariados de los yanquis” y títeres de la CIA”.

Todas estas leyendas, bajo la ignorancia informativa que se encuentran los cubanos, surtieron algún efecto durante un tiempo, pero como dijo el presidente estadounidense, Abraham Lincoln: “usted puede engañar a unos todo el tiempo, a todos por algún tiempo, pero no podrá engañar a todos todo el tiempo” y en la actualidad ya nadie cree en la “bondad” del castrismo, gracias en buena medida a la revolución tecnológica que difunde una foto o una información en décimas de segundos.

Solamente al contemplar las caras de las mujeres que se agrupan dentro de las Damas de Blanco se comprueba que son sencillas mujeres, que sólo piden la libertad de sus seres queridos, sin ninguna violencia y pretensión ideológica. Su única ideología, y tal vez la más peligrosa que identifica el “Raulato”, es su humanismo y sencillez.

Pero si las Damas de Blanco son un verdadero dolor de cabeza para Raúl y sus estrategas, la muerte de Orlando Zapata, colocó al régimen en un aprieto ante la comunidad internacional. Zapata prefirió morir por sus convicciones, como recordando aquellas palabras de Miguel de Cervantes en Don Quijote:

“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”.

Toda esta problemática interna provoca que Raúl, en aras de fortalecer su posición, se debilite más, porque al traer a más ancianos del grupo de “tira tiros” de la Sierra Maestra al círculo de poder y excluir a los jóvenes envejece aún más su Gobierno, lo cual por una suma existencial coloca al castrismo de cara a la extinción.

La subida al grupo del general Antonio Enrique Lusson, otro de sus allegados al cargo de vicepresidente, ratifica que Raúl en primer lugar, militariza el Gobierno en aras de fortalecerse, postulado que demostró con creces en 2009 cuando removió a cuatro vicepresidentes y ocho ministros.

Lusson con 80 años a cuestas no es precisamente un hombre del que se puede esperar aires de reforma y su lealtad está más que probada con su propia reflexión al considerarse “un medio básico de la Revolución”. Tronado después de 10 años al frente del ministerio de Transporte, de donde salió por un escándalo de corrupción e ineficiencia, el nuevo vicepresidente aumenta el promedio del gobierno a más de 70 años.

¿Cómo estos ancianos pueden tener la visión de encontrar una reforma democrática para Cuba? No existe, todo lo contrario. Raúl se refugia en la intransigencia conservadora de sus amigos para resguardarse de los presuntos vientos de cambios que soplaron cuando dentro del poder se movieron algunos jóvenes cuadros promovidos por Fidel Castro.

La subida de Lusson significó el descabezamiento de Jorge Luis Sierra, miembro del Buró Político, considerado dentro de la generación continuadora con sus 49 años. Pero al parecer ser joven es un delito para estar dentro de este grupo de poder del neo castrismo.

Y como en esta mafia de generales, la lealtad es fundamental para gozar de los favores del “jefe” todavía está fresca la destitución del también histórico general Rogelio Acevedo, jefe del Instituto de Aeronáutica Civil, como una silenciosa advertencia de aquello que “jueguen con la cadena, pero no con el mono”.

No hay dudas que el tiempo corre a favor de la democracia. Al final, el mal experimento del castrismo se desvanecerá dentro de las dogmáticas pirámides que ellos mismos construyeron y sin un verdadero relevo generacional, convencido y dispuesto a seguir esta locura, sólo hay que tener paciencia y no dejar de luchar de forma pacífica y continua. Eso los vuelve locos. Como decía aquel detective chino: "Paciencia, mucha paciencia".

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