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Las oportunidades de un cierre en falso


Sorprende que nadie cuestione que quien restablece relaciones diplomáticas es un gobierno con otro, pero que no hay normalización de relaciones de un régimen con un pueblo sometido a una situación de excepción desde hace medio siglo.

El anuncio de un giro de estrategia en Washington hacia el Gobierno de Raúl Castro supone el triunfo de una hipótesis, a validar o refutar en el futuro: La que da por hecho que la llegada de la democracia a la Isla pasa por la irrupción de capital de Estados Unidos al país. La extrema generosidad de Barack Obama con el régimen solo se puede explicar en la confianza de que realmente la llegada del capital va a ser como una especie de tsunami que va a arrancar de cuajo las viejas y desvencijadas estructuras de un régimen totalitario. En Cuba saltan de alegría, al final parece que todo era un problema de dinero.

El escenario que se dibuja después del anuncio es que el régimen obtiene de golpe un levantamiento de sanciones que debe permitirle insuflar sus cambios económicos de más dinamismo. Se supone que, a partir de este momento, ya no hay excusas que permitan al régimen seguir escudándose en el vecino del Norte para hacer que su economía centralizada avance hacia esa Arcadia tan largamente prometida, en un país donde todo es tan armónico que incluso ni oposición política es necesaria.

En Europa los medios van llenos de artículos de optimismo desmedido en los que se habla de "otro muro que ha caído" o de que Cuba y Estados Unidos "han enterrado sus diferencias". Resulta obvio que hacía tiempo que había ganas de dedicar a Cuba titulares grandilocuentes, de los que ocupan las cinco columnas de la portada y dan la oportunidad al periodista de hablar de cuestiones "históricas". Sorprende que nadie cuestione que quien restablece relaciones diplomáticas es un Gobierno con otro, pero que no hay normalización de relaciones de un régimen con un pueblo sometido a una situación de excepción desde hace medio siglo.

El problema, está claro, sigue en Cuba. Castro no ha restablecido la normalidad entre los cubanos. Y esto es lo fundamental en este punto. Las medidas de Estados Unidos son tan solo un movimiento de ficha unilateral que, además, pone en asombrosa evidencia a un régimen anticuado, incapaz de dar respuesta a los problemas del país, sin otros recursos para sobrevivir que recoger el cable que le echa el, hasta hace 48 horas, más peligroso de sus "enemigos".

El festín mediático está servido y probablemente su conclusión será el haber instalado un happy end a esta historia que alimente la ilusión. En los últimos años ha habido precedentes en este sentido. La Primavera Árabe, en la que se vieron barridas varias dictaduras, se presentó como la llegada de la democracia a un conjunto de países del norte de África. La realidad, tiempo después, fue otra. De la primavera se pasó al otoño y hoy, ya en invierno, son pocos los que se acuerdan de esos países y de lo que se cuece en ellos.

Lejos de cualquier lamento, cualquier demócrata tiene que seguir atenta a los cambios que habrá en Cuba a partir de este momento. Es probablemente el momento de aprovechar los resquicios (que seguro habrá) para ayudar a otros demócratas dentro de la Isla con el fin de dar un empuje final al autoritarismo cuando se asome al precipicio. Lo de Cuba no puede cerrarse en falso.

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    Joan Antoni Guerrero Vall

    Joan Antoni Guerrero Vall (Reus, España, 1979) es periodista licenciado en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Ha trabajado y colaborado con agencias de noticias como Europa Press y ANA, con periódicos en lengua catalana como el AVUI, ARA, Diari d'Andorra o Diari de Tarragona, así como en el semanario El Temps, Nació Digital o la antigua COM Ràdio. Combina sus colaboraciones periodísticas con actividades de comunicación para instituciones educativas como la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) o también culturales. En 2009, tras varios viajes a Cuba, decidió crear un blog sobre la Isla. Bajo el título Punto Cuba, el autor pretende ofrecer una visión externa y desde la distancia sobre lo que sucede en la Isla, con especial interés sobre las dinámicas de oposición al gobierno cubano, tanto sobre el espacio físico como el digital, así como observar la lucha del pueblo cubano por la recuperación de sus derechos fundamentales. Colabora con Radio Martí desde 2010. Al mismo tiempo, forma parte del equipo que lanzó la versión en catalán de la plataforma de blogueros Global Voices, colectivo con el que obutvo el Premio Blogs Catalunya 2013 en la categoría de Nuevos Medios.
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