Enlaces de accesibilidad

Despidos en el aire


Mientras los destinos de la nación cubana estén predeterminados por una familia, podrán cambiar los nombres, pero no los apellidos.

A veces extraño el realismo socialista, ese espacio artístico a medio camino entre la imbecilidad y la mitología donde se erigen estatuas a vacas que son heroínas del trabajo, o hasta Lenin puede ser interpretado en la televisión por un mulato. Quizás sea una viciosa trampa del destino, pero en el complicado mundo de la libertad de expresión echo de menos la risa que me provocaban los previsibles héroes del arte marxista-leninista, con sus poses grandilocuentes y sus parlamentos como extraídos del manual de Lomonosov. Nada como una buena “ópera revolucionaria coreana”, o un misterio de Bogomil Rainov protagonizado por el inefable Emil Bobev, para mostrar de manera irrebatible la necesidad de un mundo con diversidad de opciones. Cura de Isleño, diría mi madre.

En un verdadero remedo de aquellos malos tiempos, la prensa oficialista cubana publicó una nota donde despide al avión IL-62M que Fidel Castro usó para sus viajes al exterior durante 33 años. La aeronave, que llevó a cabo su último vuelo el 1 de marzo, realizó su primera travesía para Cubana de Aviación el 1 de junio de 1977, seis años después de haber salido al mercado. Al más puro estilo del realismo (¿no sería mejor surrealismo?) socialista, la nota del oficialismo, titulada “Homenaje a un titán”, destaca que el avión es "parte inseparable de la historia de la aviación revolucionaria". Parece que el castrismo anda tan mal en la Historia que sus titanes son seres inanimados que están, literalmente, en el aire.

Los tiempos cambian pero el problema sigue siendo el mismo, el divorcio del imaginario castrista con la verdadera realidad que se vive en el país. Los que de verdad están en el aire ahora mismo, a prácticamente días del inicio del Congreso del Partido Comunista, son los despidos anunciados por el régimen bajo el eufemismo de “Proyecto de Lineamientos para la Política Económica y Social”, otra pieza antológica de la literatura política del neocastrismo. Si ya los despidos han sido paralizados hasta nuevo aviso por decisión unilateral de Raúl Castro, ¿qué se va a discutir entonces en el Congreso, el nuevo “Titán” del aire”?

La realidad también sigue siendo la misma, mientras los destinos de la nación cubana estén predeterminados por una familia, podrán cambiar los nombres, pero no los apellidos. No hay terminología que disfrace el hecho de que la verdadera solución a los problemas que aquejan al país no va a ser dilucidada en Congresos dentro o fuera de la Isla, sino por medio de una decidida acción ciudadana en pro de sus derechos. Los héroes nacionales no son vacas o aviones, sino personas de carne y hueso con aspiraciones concretas, actuando dentro del país para cambiar sus respectivos entornos. La sociedad cubana necesita una cura de isleño, para asumir la cultura del esfuerzo propio y despedir la espera por el esfuerzo ajeno. Ese protagonismo no está en el aire, es real y tangible, al alcance de todos.

XS
SM
MD
LG