Las autoridades atribuyen gran parte de la violencia al tráfico ilegal de drogas y a las actividades pandilleras.
El informe compilado por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, (UNESCO) asegura que Brasil ostenta un promedio de casi 22 muertes por cada mil personas, relacionadas con armas de fuego.
El gobierno brasileño impuso nuevos controles sobre la industria en septiembre, y la legislatura está considerando convocar a un referendo nacional acerca de la posibilidad de prohibir la venta de armas de fuego y municiones.