Un vocero del primer ministro Tony Blair declaró que las legislaciones magnificarían el poder del gobierno para deportar a las personas acusadas de incitar al terrorismo.
Las medidas harían que se considere un delito planificar y condonar actos terroristas en Gran Bretaña.
El portavoz dijo que el gobierno también está considerando excluir del país automáticamente a las personas a quienes se les prohíba entrar en otras naciones de la Unión Europea o Estados Unidos.
Blair se reunirá con los dirigentes de la oposición para recabar apoyo a las nuevas leyes.