Aunque este registro representa ser el más alto de la historia, si se le ajustara bajo los índices de inflación, todavía estaría 10 dólares por debajo de los niveles que alcanzó poco antes de la guerra del Golfo Pérsico a comienzos de los años 90.
Este incremento continúa reflejando en el presente las crecientes preocupaciones por la estabilidad de Iraq y la incertidumbre que rodea a la empresa petrolera más importante de Rusia, Yukos.
Por otra parte aunque el precio del crudo se ha disparado en un 27 por ciento en las últimas semanas, algunos analistas internacionales consideran que pueden vislumbrarse algunos síntomas positivos en los factores socio-políticos que rodean las negociaciones del crudo en el ámbito global.
La realización del referéndum del pasado domingo 15 en Venezuela pudiese considerarse como uno de esos síntomas y también se espera que a pesar de los problemas que confrontan tanto Iraq como Rusia puedan bajar sus precios. Esto unido al anuncio de Arabia Saudita la pasada semana de la posibilidad de incrementar su producción diaria en 1.300.000 barriles en el transcurso del próximo mes de septiembre.
En la jornada de ayer en el mercado petrolero de Nueva York, el petróleo para las entregas de septiembre se elevó a 47.27 dólares ante noticias de que las reservas de gasolina y crudo iban a caer.
Mientras tanto en Londres, en el International Petroleum Exchange, el crudo Brent para octubre cerró con un alza de 4 centavos para situarse a 43.03 dólares por barril.