Sánchez califica en su carta de dictadura al régimen de Fidel Castro y lo acusa de traicionar los ideales originales de la revolución.
Sánchez dice que sus críticas se deben a que la revolución se alejó de "los ideales de libertad" y que traicionó al pueblo cubano sometiéndolo a una "espantosa vigilancia" para preservar al Estado a toda costa.
Canek agrega que la vigilancia perpetua sobre los individuos y la prohibición de asociaciones no es otra cosa que "un vulgar capitalismo de Estado" que morirá cuando Castro muera.
Sánchez dice también en su carta que la revolución es antidemocrática porque "parió una burguesía, aparatos represivos dispuestos a defenderla del mismo pueblo del cual se alejaba". Agrega que "nunca fue democrática y ahora tampoco es comunista", sino un vulgar fidelismo.