En un discurso en la Universidad de Defensa Nacional, en Washington, el mandatario instó a los países que mantienen planes ilegales de ese tipo de armamento a que sigan el ejemplo de Libia, que recientemente anunció la cancelación de sus programas de armas de destrucción masiva.
Bush subrayó que se necesita más ayuda internacional para asegurar los arsenales vulnerables en la antigua Unión Soviética, a fin de evitar que otras naciones adquieran tecnología de procesamiento y enriquecimiento nuclear simulado en instalaciones civiles.
El jefe del ejecutivo norteamericano se refirió a algunas medidas para detener la proliferación de tecnología sensitiva, entre ellas legitimar a los proveedores para que dejen de vender equipos nucleares a Irán y a otros países acusados de tratar de desarrollar armas atómicas.
Asimismo, el presidente Bush renovó su petición al Consejo de Seguridad de la ONU para que apruebe una resolución que catalogaría como un crimen la proliferación de armas prohibidas y que ponga en vigor controles extrictos de exportación.