El portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls, hizo el anuncio después que el Colegio de Cardenales estuvo reunido durante dos horas y media en su primera junta desde que el Papa murió el sábado por la noche en sus aposentos del Palacio Vaticano. El Cónclave para elegir al nuevo Papa debe comenzar dentro de 15 o 20 días.
Monumentos espontáneos del pueblo al difunto Sumo Pontífice brotaron el lunes en el centro de la Plaza de San Pedro, transformando el alumbrado público en esculturas de flores, relicarios, y notas de emotiva despedida pegadas con la cera de las velas.
A las 5 de la tarde hora de Roma una solemne procesión fúnebre condujo el cadáver del Papa a la Basílica de San Pedro donde se esperaba que decenas de miles de fieles desfilarán para verlo en capilla ardiente y despedirse.
La muerte de un Papa pone en marcha un ritual para escoger al nuevo Sumo Pontífice de los mil millones de católicos que hay en el mundo.
El proceso comienza cuando se proclama oficialmente en latín que el Sumo Pontífice está muerto y doblan las campanas de los templos de Roma, las banderas del Vaticano son arriadas a media asta y se cierran con pesadas cadenas las puertas del Palacio Vaticano para indicar el interregno, que es el Espacio de tiempo en que un Estado — en este caso el Estado Vaticano — no tiene soberano.
Durante ese período en que la Iglesia Católica no tiene Sumo Pontífice, el camarlengo papal — a quien el propio Papa ha designado para que presida el período del interregno cuando él muera — es el funcionario más importante del Vaticano y el responsable de destruir los símbolos de la autoridad papal, como el anillo del pescador y los cuños empleados para sellar las cartas apostólicas.