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Los dardos que vienen por la izquierda


la Liga Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional (LITC), una corriente nacida con el objetivo de defender los principios del marxismo y del leninismo, que no ha dudado en señalar con el dedo a los hermanos Castro y responsabilizar su gestión por los males de la Isla. Inédito.

Aunque de buenas a primeras parezca una afirmación difícil de creer el hecho es que contra el castrismo ya hace un tiempo que se alzan incluso los que, en principio, podrían ser sus más firmes aliados ideológicos en el escenario internacional. Pero la realidad es más bien otra, muy a pesar de los deseos del oficialismo castrista. En los últimos días se han levantado nuevas y airadas críticas contra el gobierno de Raúl Castro generadas ante la precaria situación del pueblo cubano. Ya sin recurrir a la sobada excusa del embargo económico de los Estados Unidos, algunas organizaciones comunistas están posicionándose contra lo que pasa en Cuba. Y además lo hacen sin acomplejarse. Este es el caso, por ejemplo, de la Liga Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional (LITC), una corriente nacida con el objetivo de defender los principios del marxismo y del leninismo, que no ha dudado en señalar con el dedo a los hermanos Castro y responsabilizar su gestión por los males de la Isla. Inédito.

Para esta organización política el rumbo del gobierno cubano, y más todavía el despido de medio millón de personas que se está realizando en estos meses en toda la Isla, ha abierto la veda a las críticas directas al régimen, el que hasta hoy fue prácticamente un tótem intocable para los movimientos internacionales de izquierda. Una reciente declaración de la LITC no solamente se posiciona en contra de los despidos masivos sino que va más allá. De acuerdo con los medios del castrismo, estos despidos se estarían desarrollando en un clima de tranquilidad y paz social, aunque por informes de la prensa independiente y blogueros alternativos se conoce que la situación bordea un peligroso precipicio a causa del descontento social generalizado que existe en el país ante la falta de expectativas y la incertidumbre por un futuro que no ofrece, por el momento, ni la más mínima esperanza para el encuentro de la solución a los graves problemas económicos que tiene el sistema cubano, insolvente e insostenible.

Pero en su más reciente declaración el LITC va más allá del asunto de los despidos. Y alerta de "los salarios de 18 dólares mensuales, los despidos masivos, el deterioro de la salud y la educación y el peligro de una brutal represión" en Cuba. Las críticas son un reconocimiento al carácter represivo del régimen castrista. "Los trabajadores, la juventud y el pueblo cubano viven una situación desesperada", añade la declaración, en la que también se denuncia que "los trabajadores y el pueblo cubano pasan hambre, porque no consiguen sobrevivir con un salario de 18 dólares mensuales". La contundencia de las críticas no deja lugar a dudas. "Los cubanos viven en el peor de los mundos", dice esta organización. Y prosigue: "Trabajan, al igual que sus hermanos del resto de los países, para una economía de mercado, pero en función de sus salarios, prácticamente no tienen acceso a ese mismo mercado".

Aunque las críticas al castrismo por parte de esta organización no se originan bajo una perspectiva democrática, es de suponer que contribuyan de todas formas a acrecentar el descrédito que el régimen castrista ha recogido ya desde organizaciones, movimientos y personalidades de la izquierda que, hasta hace bien poco, habían encontrado siempre una justificación para todos los desmanes del régimen.

Las críticas al autoritarismo se reproducen todavía más después de las revueltas en el mundo árabe. En este caso, la Internacional Socialista, reunida recientemente en Europa, emitió en los últimos días su posicionamiento oficial al respecto poniéndose al lado de los que demandan reformas democráticas en esos países. Reunidos en Grecia, los dirigentes de la Internacional Socialista han resaltado "la importancia de la causa democrática por la identidad de la socialdemocracia" y "sobre esta base, –sostienen-, nuestra organización trabajará con todas las fuerzas democráticas que emergen hoy a través del mundo árabe". Esta declaración llegó después de la expulsión del partido de Ben Alí, el ex dictador tunecino que formaba parte de la organización.

Así pues los regímenes autoritarios se ven obligados a sobrevivir hoy en un entorno claramente hostil a las formas de gobierno que incluyen la represión como método para el sostenimiento del poder. Varios analistas coinciden en resaltar que al castrismo sólo le queda la represión para mantener el poder. Siendo así es probable que este requisito para su supervivencia implique también que se convierta en un generado de más rechazo cada día que pasa.

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