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Desaciertos de Mandela


¿Cuál podría ser el nexo de unión entre un hombre que hizo de la reconciliación su seña de identidad con unos hombres que necesitan instigar el odio como justificación para todas sus políticas?

La muerte del líder sudafricano Nelson Mandela ha desencadenado una avalancha de información sobre su figura que, sin lugar a dudas, sitúa este acontecimiento como uno de los más importantes con el que se cierra este año 2013. Pero lo más interesante ha sido la lectura que muchos cubanos han hecho sobre el personaje, quien mostró sin matices su simpatía con el dictador Fidel Castro. Una vez muerto, además, su funeral en Johanesburgo ofreció la oportunidad al régimen a mostrarse en la primera fila de invitados, proyectándose como un gobierno abanderado de los derechos humanos y de los valores que Mandela encarna.

Realmente es preocupante que figuras que representan valores tan fundamentales puedan tener ese grave error de precisión a la hora de escoger sus amistades. Sería interesante conocer cuál era la impresión más reciente de Mandela respecto a los derroteros del país liderado por Raúl Castro, con sus inamovibles políticas en contra de todos los derechos humanos habidos y por haber. ¿Cuál podría ser el nexo de unión entre un hombre que hizo de la reconciliación su seña de identidad con unos hombres que necesitan instigar el odio como justificación para todas sus políticas?

Quizás quien mayor precisión haya descrito la sensación que despertaba la presencia de Raúl Castro en el funeral de Mandela fue el periódico El País de Madrid cuando señaló que la presencia del presidente cubano, al lado de otros notorios violadores de los derechos humanos, como Teodoro Obiang de Guinea Ecuatorial, y Robert Mugabe de Zimbabue, petrificaron el ambiente y rompieron la magia del momento.Tanto el uno como el otro acumulan un largo historial de violación de derechos humanos. En el país de Obiang, donde este año se celebraron elecciones, la oposición denunció hostigamiento y detenciones por motivos políticos, mientras que organizaciones humanitarias advierten constantemente sobre el delicado estado en el que se encuentran activistas encarcelados.

En el caso de Zimbabue se ha aprobado una nueva Constitución, redactada durante un periodo de gobierno de coalición y promulgada en mayo de este año. Sobre el papel, el nuevo texto proporciona una amplia gama de derechos humanos bajo su Declaración de Derechos, que incluye derechos económicos, sociales y culturales y derechos civiles y políticos respaldados por la ley. A pesar de ello, organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional han observado con preocupación que el nuevo gobierno sigue hostigando e intimidando a los defensores de los derechos humanos, especialmente a los dirigentes de ONG, a quienes se procesa por llevar a cabo su labor legítima, garantizada por el derecho internacional.

El historial del régimen cubano en este sentido es bien conocido, y no hay organizaciones de derechos humanos que no incluya un capítulo especial para la Isla. Pero más allá de los informes oficiales solo es necesario acudir al seguimiento de la actualidad en Cuba para comprobar la violación constante de todo derecho. Pero es más, y lo que es más preocupante, es la institucionalización de los abusos y la legitimidad que el régimen da a todos los atropellos que comete contra los ciudadanos y especialmente también contra una oposición pacífica y con escasos instrumentos para incidir en la opinión pública en la Isla.

Echando un vistazo a todos estos historiales no podemos más que admitir que el Nobel de la Paz Nelson Mandela tuvo muchos aciertos en su vida, pero también algunos desaciertos, y entre éstos la colección de sátrapas de los que decidió no denunciar sus fechorías. Y finalmente, otro desacierto y gran error, dejar que su funeral sirviera como plataforma para que estos mismos representantes de la intolerancia y la intransigencia lavaran sus rostros.
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    Joan Antoni Guerrero Vall

    Joan Antoni Guerrero Vall (Reus, España, 1979) es periodista licenciado en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Ha trabajado y colaborado con agencias de noticias como Europa Press y ANA, con periódicos en lengua catalana como el AVUI, ARA, Diari d'Andorra o Diari de Tarragona, así como en el semanario El Temps, Nació Digital o la antigua COM Ràdio. Combina sus colaboraciones periodísticas con actividades de comunicación para instituciones educativas como la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) o también culturales. En 2009, tras varios viajes a Cuba, decidió crear un blog sobre la Isla. Bajo el título Punto Cuba, el autor pretende ofrecer una visión externa y desde la distancia sobre lo que sucede en la Isla, con especial interés sobre las dinámicas de oposición al gobierno cubano, tanto sobre el espacio físico como el digital, así como observar la lucha del pueblo cubano por la recuperación de sus derechos fundamentales. Colabora con Radio Martí desde 2010. Al mismo tiempo, forma parte del equipo que lanzó la versión en catalán de la plataforma de blogueros Global Voices, colectivo con el que obutvo el Premio Blogs Catalunya 2013 en la categoría de Nuevos Medios.
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