La Iglesia Católica en Cuba ya -no es cristiana. la institución religiosa en la isla ha dejado de ejercer su misión en la tierra y esta lejos de alcanzar en el cielo la paz divina. La jerarquía eclesiástica decidió venderle "el alma al diablo", -no al personaje bíblico y celestial, sino al Lucifer terreste que como buen demonio domina a la perfección su presa y la condena al suplicio eterno. Este Satanás "como bien lo nombra el famoso Willy Chirino" vive y reina en Cuba, ahora, luciendo en la diestra la imagen grotesca y risueña del prelado que traicionó a Cristo y a su pueblo como lo hizo Judas Iscariote.
El carcelero cambió de traje, quien mortifica ahora a los reos tiene sotana. La fama de humilde y sincero la usa para captar a los más indefensos: presos condenados a máximas penas por pensar diferente, mujeres humildes y solas, dejadas a merced de su suerte por apoyar a sus seres queridos y defender el derecho a ser ciudadanos libres. Centenaria institución religiosa "festeja" su mediación alevosa con la misma naturalidad con la que sermonea los domingos "pasajes" que horas más tarde "pisotea" con llamadas telefónicas inmorales y pérfidas. Ofrece destierro a cambio de libertad, promesas en busca de permanencia, pide perdón para el verdugo y acompaña a la víctima al patíbulo.
La obra maléfica encuentra colofón del otro lado del mundo, en el Vaticano, el Papa Benedicto XVI celebra las excarcelaciones en Cuba con el mismo orgullo con que un simple sacerdote muestra las habilidades de su discípulo, seguro de que la historia teje la obra, no importa que pase, la Iglesia es poderosa y rica, sobrepasa las pruebas del tiempo y existir es su objetivo principal.
Quienes se sientan ofendidos por la crudeza de estas palabras recuerden la máxima que reza: "para amara a Dios, no se necesitan intermediarios"
¿Cristo o Judas?
El Papa Benedicto XVI celebra las excarcelaciones en Cuba con el mismo orgullo con que un simple sacerdote muestra las habilidades de su discípulo.