Cuando un periodista le preguntó durante una conferencia de prensa si Washington deseaba una pronta recuperación de Castro, Boucher respondió que NO y añadió que la salud de Castro es de poca importancia para la administración de George W. Bush en comparación con el sufrimiento que el dictador ha causado al pueblo cubano.
"Ustedes tendrán que preguntar a los cubanos qué es lo que tiene roto Castro", dijo Boucher. "Nosotros, obviamente, hemos expresado nuestro punto de vista acerca de lo que está roto en Cuba", prosiguió.
"La salud de Castro es poco preocupante para nosotros pero, desafortunadamente, de enorme importancia para el pueblo de Cuba, que ha sufrido por largo tiempo bajo su régimen. Creemos que el tipo de régimen que tiene Cuba tiene que terminar", agregó el portavoz.
Castro, de 78 años, sufrió una fractura de rodilla y una fisura (fractura incompleta) del húmero del brazo derecho al tropezar y caer al pavimento cuando, después de un discurso de una hora sobre el guerrillero comunista argentino Ernesto Guevara, alias Ché, se retiraba de una ceremonia de graduación estudiantil en Santa Clara, 280 kilómetros al este de La Habana. Más tarde el propio Castro dijo que había sido operado de la rodilla "fracturada en ocho pedazos".