Enlaces de accesibilidad

Deportes

Mundial de Brasil: Alemania hace historia en el Maracaná

Simpatizantes de la selección nacional alemana de fútbol siguen por televisión la salida de los jugadores de Brasil en la llamada "Milla del aficionado" en la Puerta de Brandeburgo en Berlín (Alemania).
Simpatizantes de la selección nacional alemana de fútbol siguen por televisión la salida de los jugadores de Brasil en la llamada "Milla del aficionado" en la Puerta de Brandeburgo en Berlín (Alemania).

Alemania quebró una historia negra. Jamás un equipo europeo había alzado la Copa en América. Y por tercera ocasión consecutiva una selección del viejo continente gana el título.

Antes del partido final entre la Mannschaft y la albiceleste, Río de Janeiro fue ocupado por más de cien mil aficionados que llegaron desde la Argentina profunda, tras recorrer miles de kilómetros para ver a su equipo levantar la Copa.

Los más pudientes llenaron bares de Copacabana, Ipanema o Botafogo, bebiendo cervezas y caipirinhas con los angustiados cariocas, espantados por las inexplicables derrotas de su seleçao, reducida a cenizas por el juego demoledor de Alemania y Holanda.

Los de poca plata, plantaron sus viejos trailers en cualquier solar yermo y compartieron el mate o un trago bravo de cachaza con los brasileños de las favelas Rocinha o la tenebrosa Cidade de Deus.

Quienes tenían entradas para ver el partido en el Maracaná, sobre las camisetas de Maradona y Messi, depositaron resguardos y oraciones de la buena suerte de Ceferino Namuncurá, la Difunta Correa o Pancho Sierra.

Y, por si acaso, la cara del Papa Francisco. En este lado surrealista del mundo todo vale. Cuando no se puede ganar con fútbol, evocan a los santos, la magia negra o hasta el Che Guevara.

Toda esa tropa de apasionados hinchas cantaban su himno de guerra, intentando molestar a los cariocas. “Brasil, décime qué se siente, tener en casa a tu papá (…) A Messi lo vas ver, la Copa nos va a traer, Maradona es más grande que Pelé”.

Más ego rioplatense que análisis racional. Porque cuando usted mira el armario de trofeos brasileños y su colección de jugadores, no creo que Argentina les haga cosquillas. Pero éste era su momento. Y tenían derecho a celebrarlo a lo grande.

De la otra acera, los fans alemanes se lo tomaban con calma: sabían que desde el portero hasta el DT, tenían un equipazo soberbio. La final, claro, no iba ser un carnaval de goles, como el que le endosaron a Brasil. Pero la mayoría de las apuestas en La Habana, Paramaribo o Shanghai daban favoritos a los teutones.

Argentina había llegado hasta el Maracaná arrastrando los pies. Arribaron a Brasil con el cartel de tener la mejor delantera del mundo y una defensa de poco fiar.

Pero los papeles se invirtieron. En el primer tramo del torneo, Leo Messi anotó 4 goles y dio una asistencia de gol al cohete Ángel Di María. Luego sufrieron demasiado. El esquema táctico de Alejandro Sabella fue un corsé de plomo, que condenaba a Messi a buscar balones en la mitad de la cancha, para que después intentara la jugada del siglo... o una pincelada de dibujo animado.

Los delanteros argentinos estuvieron perdidos. Higuaín se almorzó varios goles casi cantados. El más clamoroso el domingo 13 de julio, ante Manuel Neuer. La salida del portero alemán, achicando espacio, desorientó al Pipa, que la tiró afuera.

Un delantero profesional que gana millones de dólares no debe errar esos lances. Pero, evidentemente, no era la tarde de Higuaín. Tampoco de Messi. Cuatro piques, un par de diagonales y un tiro fallado al segundo palo es insuficiente para un hombre elegido cuatro veces seguidas cómo el mejor jugador del mundo.

En el partido final, Alemania siempre fue mucho más que Argentina. Es cierto que los gauchos tuvieron dos oportunidades francas de sentenciar el encuentro, pero fueron muy pocas para un equipo que pretendía levantar la Copa.

Por fuerza y ganas, los alemanes fueron mejores. Con su toque especial recordaron a la mejor versión del tiqui-taca español en Sudáfrica. Se hicieron dueños de la Brazuca, con un 64% de posesión del balón.

La defensa argentina tapaba los huecos a lo heroico. Si Argentina llegó a la final, fue gracias al trabajo monumental de sus dos centrales, el portero y sobre todo del 'jefecito' Javier Mascherano. No estaría mal develarle una tarja de bronce en su natal San Lorenzo.

Pero cuando un equipo no propone fútbol, se esconde en su cabaña y renuncia al balón, siempre corre el riesgo de que le coloreen la cara.

Y llegó el gol alemán. Fue una jugada que no tenía pinta de trascender. André Schürrle abrió turbinas por la banda izquierda y sacó un centro vertiginoso entre los dos centrales argentinos que no tuvieron tiempo ni de pestañar.

Por ahí andaba Mario Götze que la mató con el pecho como si tuviera una almohada, y de primera, la embocó con la zurda. Y a celebrar. El portero Sergio Romero solo la vio pasar. Alemania quebró una historia negra. Jamás un equipo europeo había alzado la Copa en América. Y por tercera ocasión consecutiva una selección del viejo continente gana el título.

En el cierre del Mundial, la FIFA nos deparaba sorpresas. Neuer, con justicia, recibió el guante de oro por su labor debajo de los palos. Con diferencia, es el mejor guardameta a día de hoy.

Incomprensible el premio Fair Play a Colombia. Recuerden que su lateral derecho, Zúñiga, con una brutal embestida estuvo a punto de postrar en un sillón de ruedas a Neymar.

Otorgarle el balón de oro a Messi es otra muestra de la poca seriedad de la FIFA. ¿Qué Mundial vieron estos señores? Leo no fue mejor que el incombustible holandés Arjen Robben ni aportó más goles o juego que el colombiano James Rodríguez.

Ya sea por hábito o cinismo, a la hora de otorgar premios, la FIFA se nos está volviendo muy aburrida y previsible. O Messi o Cristiano Ronaldo. Al parecer, el resto no cuenta.

Vea todas las noticias de hoy

Los Dodgers suben a las Mayores al cubano Andy Pagés

Andy Pages, de los Dodgers de Los Ángeles, es considerado el prospecto número 3 de la organización. En la foto celebra después de anotar contra los Medias Blancas de Chicago en un juego del entrenamiento de primavera en Phoenix, el 6 de marzo de 2024. (Foto AP/Ashley Landis)
Andy Pages, de los Dodgers de Los Ángeles, es considerado el prospecto número 3 de la organización. En la foto celebra después de anotar contra los Medias Blancas de Chicago en un juego del entrenamiento de primavera en Phoenix, el 6 de marzo de 2024. (Foto AP/Ashley Landis)

Después de desforrar pelotas por cinco temporadas en las Menores y tener un monstruoso entrenamiento primaveral, el cubano Andy Pagés recibió este martes la tan ansiada llamada de los Dodgers de Los Angeles para subir a Grandes Ligas.

El pinareño firmó con la organización angelina en el 2018, con apenas 17 años, y rápidamente se posicionó entre los mejores prospectos no sólo del equipo, sino de todas las franquicias.

El jardinero de 23 años se perdió la mayor parte de la temporada pasada debido a una operación para reparar un desgarro muscular en el hombro derecho.

Debido a la gravedad de esa cirugía, los Dodgers no sabían exactamente qué esperar de Pagés esta temporada.

Pero apenas arrancaron los entrenamientos primaverales, el cubano dejó saber por qué es considerado el prospecto número 3 de la organización.

En los juegos de pretemporada bateó ocho hits en 17 turnos (.471), con dos jonrones.

Fue enviado al equipo de Triple A de la organización en Oklahoma City para empezar la campaña y allí siguió encendido con el madero, al ligar 23 cohetes en 62 oportunidades (.371), con cinco bambinazos, 15 carreras impulsadas y dos bases robadas en 15 juegos, con un OPS de 1,146.

Se espera que este mismo martes haga su debut en el Dodger Stadium ante los Nacionales de Washington, convirtiéndose en el segundo cubano en menos de una semana en estrenarse al más alto nivel, luego de que el sábado lo hiciera el pitcher camagüeyano Yariel Rodríguez con los Azulejos de Toronto.

Inicialmente, la gerencia pensaba mantenerlo más tiempo en Triple A, pero con Jason Heyward en la lista de lesionados y Chris Taylor en una mala racha ofensiva, el equipo decidió sumar su prometedor bate.

Fernando Dayán Jorge buscará hacer historia en los Olímpicos de París

Fernando Dayan Jorge Enríquez, de Cuba, compite en la serie masculina de 1000 m en canoa individual durante los Juegos Olímpicos de verano de 2020, el 6 de agosto de 2021, en Tokio, Japón. (Foto AP/Kirsty Wigglesworth)
Fernando Dayan Jorge Enríquez, de Cuba, compite en la serie masculina de 1000 m en canoa individual durante los Juegos Olímpicos de verano de 2020, el 6 de agosto de 2021, en Tokio, Japón. (Foto AP/Kirsty Wigglesworth)

En la Antigua Grecia, los campeones olímpicos eran venerados como una suerte de semidioses, al extremo que las ciudades-estados, como Atenas o Esparta, estaban obligadas a mantener sus gastos y necesidades por el resto de sus vidas.

En Cuba, muchos campeones olímpicos se han visto obligados a vender sus medallas para subsistir, o incluso, a escapar de la isla en busca de una vida digna.

Uno de ellos es Fernando Dayán Jorge, que ganó la presea dorada en la cita de Tokio´2021 en la modalidad de canoa biplaza a la distancia de mil metros, junto a su compañero Serguei Torres.

Un año después de tocar la gloria olímpica, aprovechó una estancia en México para una base de entrenamiento, escapó de la delegación y cruzó la frontera para llegar a Estados Unidos.

Con sólo 25 años, a Jorge le queda demasiado potencial para soñar con más medallas, pero ha quedado sin bandera bajo la cual competir.

“Yo quisiera seguir haciendo lo que me gusta, que es remar, pero ahora mismo estoy teniendo un poco de problemas por el tema de Inmigración, porque como yo viajé como parte de una delegación oficial, tenía el pasaporte rojo, que nos lo dan para chequear en los vuelos y una vez que llegamos al país nos los quitan. Entonces no tenía pasaporte cuando me entregué en la frontera, sólo mi carnet de identidad”, dijo el canoísta en el 2022, apenas dos semanas después de llegar a Miami, al periodista Juan Manuel Cao en el programa A Fondo del canal Americatevé.

Nunca se rindió y empezó a entrenar por sí mismo en uno de los tantos canales de Miami, hasta que, dos años después, ha visto los cielos abiertos con la posibilidad de integrarse al Equipo de Refugiados, una entidad amparada por el Comité Olímpico Internacional (COI), que se creó desde los Juegos de Río de Janeiro´2016.

Cubanos ganadores de medalla de oro, Serguey Torres Madrigal y Fernando Dayán Jorge
Cubanos ganadores de medalla de oro, Serguey Torres Madrigal y Fernando Dayán Jorge

El joven nacido en Cienfuegos el 3 de diciembre de 1998 es uno de los 74 deportistas de élite que han recibido una Beca para Atletas Refugiados, que proceden de 12 países diferentes y compiten en 14 disciplinas distintas.

La beca del COI no garantiza por sí misma la participación en los Juegos Olímpicos, pero financia el entrenamiento de los aspirantes a integrar el Equipo de Refugiados, cuya conformación final se anunciará en el mes de mayo.

Además del cubano, otros dos remeros son beneficiarios de la beca, los iraníes Saman Soltani y Saeid Fazloula, refugiados en Austria y Alemania, respectivamente.

En París podría hacer historia como el primer cubano en integrar el Equipo de Refugiados, al que también aspira su compatriota Ramiro Mora, levantador de pesas con residencia en Reino Unido.

Curiosamente, fue en la capital francesa donde un cubano ganó por primera vez una medalla de oro.

Fue en la segunda edición de los Juegos Olímpicos modernos, en 1900, cuando el esgrimista Ramón Fonst, con apenas 17 años, se impuso en la modalidad de espada.

En esa ocasión, Fonst, al igual que Jorge ahora, no tenía bandera bajo la cual competir, pues en 1900, Cuba no era una república independiente establecida, sino una ex colonia española ocupada por Estados Unidos.

No fue hasta cuatro años después, en los Juegos de St. Louis´1904, en que en realidad Cuba, como nación consiguió sus primeros lauros olímpicos por intermedio del propio Fonst, en espada y florete individual, y por equipo en esta última arma, junto a su compatriota Manuel Díaz y el estadounidense Albertson Van Zo Post.

Ese grupo, por tener dos componentes cubanos y un norteamericano, compitió como Equipo Internacional bajo la bandera de los cinco aros olímpicos.

Sin embargo, con el paso del tiempo, los historiadores del COI acordaron conceder a Cuba como país la primera corona de Fonst de 1900 y la del equipo de florete de 1904.

El cubano de la semana: Yordán Álvarez

Yordán Alvarez al bate en el juego de este domingo, 14 de abril, contra los Rangers de Texas, en Houston. (AP Photo/Kevin M. Cox)
Yordán Alvarez al bate en el juego de este domingo, 14 de abril, contra los Rangers de Texas, en Houston. (AP Photo/Kevin M. Cox)

Repite y pon camarón. Por segunda semana consecutiva, el tunero Yordán Álvarez, de los Astros de Houston, resultó el mejor cubano en las Grandes Ligas.

Y no será la última. Considerado el mejor bateador cubano en la actualidad, Álvarez disparó diez cohetes en 24 turnos en la semana entre el lunes 8 y el domingo 14 de abril, para un average de .417.

Entre sus hits, Yordán ligó dos dobletes y despachó un cuadrangular, con seis carreras anotadas e igual número de impulsadas, con un promedio de slugging de .625.

En lo que va de temporada, Yordán batea para .317, con un promedio de embasamiento de .427, slugging de .556 y OPS de .983, con cuatro jonrones y 12 remolcadas.

Otro que quemó la liga en los últimos siete días fue el avileño Adolis García, de los campeones Rangers de Texas.

El Bombi se fue de 24-10 (.417), con dos biangulares como extrabases, cinco anotadas, cuatro empujadas y slugging de .500.

El jueves 11 de abril, por segunda vez en la temporada, García salvó a su equipo de recibir un no hitter, cuando en el séptimo inning disparó el único imparable de su equipo ante el zurdo J.P. Sears, de los Atléticos de Oakland.

El domingo de la semana anterior había hecho lo mismo frente al dominicano Ronel Blanco, de los Astros, al malograrle la hazaña en el sexto episodio.

Encendido con el madero sigue Lourdes Gurriel Junior, de los Diamondbacks de Arizona.

Yunito se fue en la semana de 22-6 (.273), con un doblete, un vuelacercas, dos carreras anotadas y siete impulsadas, para slugging de .455.

En la campaña, el menor de los Gurriel acumula ya 18 carreras empujadas, segundo en todas las Grandes Ligas, sólo superado por el dominicano Marcell Ozuna (21), de los Bravos de Atlanta.

Por cierto, esta semana se supo que su hermano mayor, Yulieski Gurriel, firmó un contrato de Ligas Menores con Atlanta, en su intento por regresar a Grandes Ligas.

Entre los lanzadores, el lanzallamas zurdo Aroldis Chapman, de los Piratas de Pittsburgh, mantuvo inmaculada su efectividad de 0.00, al trabajar una entrada y dos tercios en tres juegos, con tres ponches propinados, aunque regaló cuatro pasaportes y permitió una carrera sucia, su primera en lo que va del 2024.

Y esta semana se produjo finalmente el esperado debut en las Mayores del derecho camagüeyano Yariel Rodríguez con los Azulejos de Toronto.

Rodríguez fue llamado desde las Menores el viernes y el sábado abrió el juego de su equipo ante los Rockies de Colorado.

Trabajó tres entradas y dos tercios, en los que permitió cuatro hits y una carrera limpia, al tiempo que propinó seis ponches.

Se fue sin decisión y tuvo limitada su labor a 68 lanzamientos, nada mal para quien estuvo un año sin lanzar antes de firmar con los Azulejos en el invierno y haber visto recortado su trabajo en los entrenamientos primaverales por molestias en la espalda.

Frío, frío

El villaclareño Yandy Díaz, de los Rays de Tampa Bay, tuvo una rara semana de bajo rendimiento ofensivo.

Líder de los bateadores de la Liga Americana en el 2023, Díaz apenas bateó tres hits en 23 turnos en los últimos siete días, para un pobre average de .130.

Su promedio general es de sólo .206, muy por debao de su average de por vida de .288.

Azulejos llaman a Yariel Rodríguez a las Grandes Ligas

Yariel Rodríguez firmó un contrato por cinco temporadas y 32 millones de dólares con los Azulejos de Toront / Foto: Charlie Neibergall (AP)
Yariel Rodríguez firmó un contrato por cinco temporadas y 32 millones de dólares con los Azulejos de Toront / Foto: Charlie Neibergall (AP)

Luego de dos salidas impecables en Triple A, el lanzador derecho cubano Yariel Rodríguez recibió la esperada llamada para subir a Grandes Ligas.

El camagüeyano de 27 años firmó un contrato por cinco temporadas y 32 millones de dólares con los Azulejos de Toronto, pero dado que llevaba más de 12 meses sin lanzar, la gerencia decidió enviarlo a las Menores para que tuviera algunas aperturas, antes de subirlo al equipo principal.

En dos juegos con los Buffalo Bisons, sucursal de Triple A de los Azulejos, Yariel trabajó seis innings y un tercio, en los que permitió apenas un hit, sin carreras, y propinó diez ponches, señal de que está listo para empeños superiores.

Según confirmaron fuentes del equipo al periodista Francys Romero, el serpentinero sería activado dentro del roster este sábado 13 de abril.

Inmediatamente podría hacer su debut, en el lugar de Bowden Francis, el pitcher anunciado para lanzar ese día, pero que suma dos derrotas en igual cantidad de aperturas, con una pésima efectividad de 12.96.

Los Azulejos jugarán entre viernes y domingo una serie en Toronto ante los Rockies de Colorado.

Rodríguez fue la gran estrella del pitcheo de la selección cubana en el V Clásico Mundial de Béisbol en 2023, donde despertó con su actuación el interés de los equipos de la Gran Carpa.

El cubano tenía contrato con los Dragones de Chunichi, en la Liga Profesional Japonesa, pero después del Clásico, decidió no reincorporarse al club nipón y escapar a República Dominicana, con el objetivo de buscar un camino, vía agencia libre, hacia las Grandes Ligas.

Más de una franquicia mostró intenciones de firmar a Rodríguez, quien en Japón trabajó principalmente como relevista, pero se decantó por el club canadiense, porque fue el que más garantías le ofreció para permitirle actuar como abridor.

Cubanos en Grandes Ligas: Aroldis Chapman

Apodado El Misil Cubano, el zurdo holguinero ostenta el récord Guinness por el pitcheo más veloz en la historia / Foto - Gene J. Puskar (AP)
Apodado El Misil Cubano, el zurdo holguinero ostenta el récord Guinness por el pitcheo más veloz en la historia / Foto - Gene J. Puskar (AP)

Cuando los Rojos de Cincinnati firmaron al zurdo cubano Aroldis Chapman en el 2010, la gerencia se debatía entre ponerlo en la rotación de abridores o usarlo para cerrar los partidos.

Entonces era un flaco espigado que lanzaba con naturalidad sobre las 100 millas por hora, y aunque en Cuba era usualmente un abridor, semejante velocidad era una tentación para ponerlo a matar el noveno inning.

Afortunadamente, los Rojos se decantaron por esa segunda opción y 15 años después, Chapman sigue lanzando sobre las 100 mph y los números acumulados hasta la fecha lo colocan en la frontera del Salón de la Fama de Cooperstown.

Es apenas uno de 11 lanzadores que suman más de 300 rescates (322) y mil ponches (1,156) en su carrera, con un promedio de abanicados de 14.8 por cada nueve entradas, el más alto entre todos los lanzadores con al menos 500 innings de trabajo en la historia de las Mayores.

Apodado El Misil Cubano, el zurdo holguinero ostenta el récord Guinness por el pitcheo más veloz en la historia, 105.8 millas por hora, que consiguió el 24 de septiembre del 2010, en un juego de Cincinnati ante los Padres de San Diego.

Pero más allá de ese meteórico envío, lo notable de ese día es que los 25 lanzamientos que realizó en aquella salida, todos, absolutamente todos, superaron las 100 mph.

En seis temporadas con los Rojos se estableció como uno de los mejores cerradores del béisbol, con 146 salvamentos y 546 ponches en apenas 319 innings, y su nombre empezó a ser codiciado por los grandes equipos, hasta que en el invierno del 2015, los Yankees de Nueva York lo obtuvieron en un canje por cuatro jugadores intrascendentes.

Pero en el 2016, los Yankees no iban para ningún lado y a mitad de la campaña fue transferido a los Cachorros de Chicago, donde resultó pieza fundamental en la conquista de la primera Serie Mundial de la franquicia en 108 años.

En su breve paso por Chicago, el Misil Cubano salvó 16 juegos en 18 oportunidades, con 46 abanicados en 26.2 episodios, mientras que, en la postemporada, incluido el Clásico de Octubre, logró dos victorias y cuatro rescates, con 21 ponches, en 15.2 capítulos.

Fue una magistral movida gerencial de Nueva York, que obtuvo en el cambio al cotizado prospecto venezolano Gleyber Torres, al tiempo que recuperaron a Chapman en la agencia libre, al firmarlo por seis años y 99.6 millones, que lo convirtieron en su momento en el relevista mejor pagado de la historia.

Con los Yankees siguió acumulando rescates (153) y ponches (453 en 294.1 innings), aunque dejó dos momentos tristísimos para la franquicia, al permitir jonrones cruciales en los playoffs de 2019, ante los Astros de Houston, y 2020 frente a los Rays de Tampa Bay, que decretaron la eliminación de los Yankees en esas postemporadas.

Después de 2022 volvió al mercado como agente libre y fue contratado por un año por los Reales de Kansas City, que lo usaron como moneda de cambio a mitad de temporada y lo enviaron a los Rangers de Texas.

Entonces no fue para actuar como cerrador, sino para lanzar innings intermedios, principalmente el octavo. Pero al igual que ocurrió en 2016, Chapman fue una suerte de amuleto y su nuevo equipo terminó ganando la Serie Mundial, primera corona en la historia de la franquicia tejana.

Nuevamente en la agencia libre, firmó por una temporada para 2024 con los Piratas de Pittsburgh, equipo que, contra todo pronóstico, ha comenzado bien, pero que en caso de las aguas tomen su nivel y se desinfle, podría cambiarlo a mitad de año a algún contendiente necesitado de un relevista de élite.

Va y vuelve a ser un talismán y consigue su tercer anillo de campeón, para cimentar aún más su camino hacia Cooperstown.

Cargar más

XS
SM
MD
LG