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Hillary exhibe destreza en política exterior en debate demócrata


Senador de Vermont Bernie Sanders, Hillary Clinton y el exgobernador de Maryland Martin O'Malley en debate demócrata.
Senador de Vermont Bernie Sanders, Hillary Clinton y el exgobernador de Maryland Martin O'Malley en debate demócrata.

La inmigración y el histórico acuerdo climático alcanzado este mes en París fueron los grandes ausentes del debate, a los que solo aludió en su discurso final el exgobernador O'Malley, el más rezagado en las encuestas.

La aspirante presidencial demócrata Hillary Clinton presumió este sábado de destreza en política exterior, en un debate marcado por el terrorismo y donde salieron a relucir fuertes diferencias entre los precandidatos sobre la posesión de armas y las empresas de Wall Street.

En un principio, el tercer debate televisado entre los candidatos a la nominación presidencial demócrata para las elecciones de 2016 de EE.UU. parecía que iba a discurrir alrededor del reciente enfrentamiento entre el Partido Demócrata y el senador independiente por Vermont, Bernie Sanders, segundo en las encuestas.

Sin embargo, al comienzo del debate, Sanders pidió disculpas a Clinton por haber accedido esta semana, por un error informático, a datos sobre posibles votantes demócratas de todo EE.UU. recolectados por la campaña de la exsecretaria de Estado. "Aprecio mucho su disculpa", contestó Clinton, dando por zanjado el incidente y devolviendo el favor al senador, que en el primer debate, pidió menos atención mediática para la polémica que rodea el
uso que Clinton hizo de su cuenta de correo electrónico privada durante su etapa como secretaria de Estado (2009-2013).

De esta forma, la violencia armada y las amenazas terroristas se convirtieron en la columna vertebral del primer debate que enfrentó a los demócratas desde la matanza de San Bernardino (California), donde murieron 14 personas y que el FBI vincula con extremismo islamista.

"Creo que debemos de mirar tanto al desafío del terrorismo en el extranjero como en casa y también al papel que juegan las armas en el desarrollo de la violencia que nos acosa", defendió tajante Clinton, quien atacó en varias ocasiones al magnate Donald Trump, el primero entre los republicanos.
"Se está convirtiendo en el mejor reclutador del Estado Islámico.

Van a la gente mostrando vídeos de Donald Trump insultando al Islam y a los musulmanes para reclutar a yihadistas más radicales", cargó Clinton, en referencia a la propuesta del magnate de vetar la entrada de musulmanes a Estados Unidos.

Por su parte, para hacer frente al Estado Islámico (EI), el senador Sanders propuso una coalición internacional más cohesionada contra el grupo terrorista, incluyendo a Rusia, mientras que el exgobernador de Maryland, Martin O'Malley, achacó el éxito de los yihadistas a la falta de una mayor inversión en inteligencia.

En la segunda parte del debate, Sanders aprovechó para hablar de las grandes empresas y los hilos de Wall Street, dos de los temas principales de su campaña. "La codicia de la clase multimillonaria, la codicia de Wall
Street está destruyendo esta economía", insistió el senador, que acusó a su rival de contar con la complacencia de las grandes corporaciones. "¿Deben las corporaciones de Estados Unidos amar a Hillary Clinton?, preguntó uno de los moderadores, a lo que la también exprimera dama respondió con un desenfadado: "Todo el mundo debería".

Durante el intercambio dialéctico, los tres aspirantes coincidieron en la necesidad de aumentar el salario mínimo, así como de impulsar el salario igualitario entre hombres y mujeres, y Clinton aseveró que ese es el tipo de debate que deben tener con los republicanos, quienes se oponen a cualquiera de estas medidas.

La exsecretaria de Estado aprovechó para anunciar que, si es elegida presidenta, no subirá los impuestos a las familias de clase media que ingresen por debajo de los 250.000 dólares anuales. La inmigración y el histórico acuerdo climático alcanzado este mes en París fueron los grandes ausentes del debate, a los que solo aludió en su discurso final el exgobernador O'Malley, el más rezagado en las encuestas.

Durante la lucha dialéctica, también hubo momentos para el humor y la ironía, como cuando los moderadores del debate preguntaron directamente a Clinton por cómo su marido, el expresidente Bill Clinton, "cambiaría el rol de primera dama" al ser el primer hombre en ostentar dicha posición. "Con todo el respeto a mi propio marido, creo que seguiré siendo quien escoja las flores y la vajilla para las cenas de estado y esas cosas", contestó la exprimera dama, en referencia al papel que suelen desempeñar las mujeres del presidente.

Las referencias cinematográficas tampoco faltaron en este debate, que coincide con el estreno de la película "Star Wars: The Force Awakens". "Gracias, que la fuerza os acompañe", dijo en su intervención final Clinton, que consiguió desatar los aplausos de los centenares de personas que presenciaron el debate en la ciudad de Manchester (New Hampshire).

El escenario del debate tuvo un significado simbólico para los demócratas porque las primarias de Nuevo Hampshire, junto a los caucus (asambleas populares) de Iowa, que se celebrarán en febrero, son dos de los eventos más importantes para dilucidar quién ganará la nominación presidencial y podrá competir por la Casa Blanca.

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