Según esa información, Noriega delineó lo que calificó de “una agenda de libertad y oportunidades para las Américas”, reconoció la insatisfacción popular con el progreso insuficiente alcanzado en la región bajo el modelo democrático y de libre mercado y examinó los retos que enfrentan los líderes del Hemisferio.
Dijo Noriega que el reto para Estados Unidos es evidentemente “ayudar a los líderes elegidos de la región a cumplir la promesa de que la democracia y el libre mercado transformarán la vida de sus pueblos para mejorarla”.
Con ese fin, dijo Noriega, Estados Unidos ayudará a las naciones del Hemisferio a zanjar la división entre los ciudadanos y sus gobiernos, y trabajará para facultar a los individuos. Para vincular a los ciudadanos con sus gobiernos, explicó, Estados Unidos promueve una segunda generación de reformas para asegurar una mayor participación cívica, más transparencia y más rendición de cuentas en los gobiernos regionales.
Dentro de este contexto, Noriega destacó que Estados Unidos aboga por la descentralización del poder político y la percepción de ingresos, el mejoramiento del acceso al proceso político y la institucionalización de la transparencia gubernamental en la región.
Dijo Noriega que para reforzar aún más el otorgamiento de facultades al individuo, las políticas de Estados Unidos en la región deben enfrentar los problemas de la pobreza, el analfabetismo y la inseguridad.
“Allí donde Estados Unidos pueda ayudar, en los próximos meses redoblará sus esfuerzos para acelerar las reformas”, prometió Noriega.
Para adelantar la ambiciosa agenda hemisférica, Estados Unidos será generoso en su apoyo, declaró Noriega, pero advirtió que ninguna cantidad de ayuda exterior podrá ser un sustituto de las decisiones difíciles que tomen por sí mismos los gobiernos regionales.
Noriega mencionó también la cooperación antinarcótica de Estados Unidos con México, América Central y los países andinos; la cooperación con Brasil y las naciones del Mercado Común Sudamericano en cuestiones de comercio, la democracia en Haití, los vínculos con el Caribe y Canadá y una relación cooperativa con Venezuela.