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GOBERNADOR DE NAYAF ADVIERTE A INSURGENTES: O SE VAN, O MUEREN


El Gobernador de la Provincia de Nayaf, Iraq, dio el viernes un ultimátum de 24 horas a los insurgentes del cabecilla radical shiíta Moktada al-Sadr, para retirarse de la ciudad del mismo nombre y les advirtió que si no lo hacen, correrán riesgo de muerte.
El ultimátum del goberndor Adnan al-Zorfi vino después que un portavoz de las fuerzas militares de Estados Unidos informó que se calculaba que 300 insurgentes habían muerto en fieros combates con la Infantería de Marina de Estados Unidos en la ciudad de Nayaf.
"Las operaciones militares van a continuar a menos que el ejército del Mehdi (la milicia de Sadr) abandone la provincia y le doy 24 horas para hacerlo a partir de la difusión de esta declaración", dijo a la prensa al-Zorfi. "No habrá ningún acuerdo sobre una nueva tregua".
El ultimátum del gobernador iraquí se dio cuando el clérigo musulmán radical Al-Sadr dijo el viernes en un sermón que se leyó en una mezquita de Kufa, ciudad vecina de Nayaf, que Estados Unidos es el enemigo del pueblo de Iraq y lo culpó por toda la violencia que hay en el país árabe. No se explicó la ausencia de Al-Sadr en Kufa, adonde el clérigo acostumbra ir los viernes para ceremoniales religiosos.
El sermón de Al-Sadr no se refirió directamente a los dos días de sangriento combate entre su milicia y las fuerzas de la Coalición que encabeza Estados Unidos.
En abril Al-Sadr emprendió con su milicia una insurrección contra la Coalición en varias ciudades. Duró dos meses, hasta que políticos iraquíes y líderes religiosos pactaron la tregua que ahora es transgredida con la nueva violencia.
"La cantidad de bajas enemigas es de 300 muertos en combate", dijo el teniente coronel Gary Johnston, oficial de operaciones de la Oncena Unidad Expedicionaria de la Infantería de Marina. Hizo la declaración en una base militar cercana a la ciudad de Nayaf.
Un portavoz de la insurgencia musulmana radical negó que el combate hubiera causado tantas bajas musulmanas. El jeque Raed al-Kazimi aseguró que sólo 36 milicianos de al-Sadr habían muerto desde el jueves en los combates.
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