Sin embargo, Chirac insistió sobre la necesidad de que la transferencia del poder a los iraquíes sea "real" y que este traspaso implique que el nuevo gobierno iraquí controle sus recursos petroleros y se encargue de su seguridad nacional.
En una conversación telefónica con Chirac, el presidente George W. Bush le aseguró que "Estados Unidos desea trabajar con Francia" sobre la resolución "y otros muchos asuntos".
Chirac destacó que su país trabajará al respecto con "un espíritu constructivo" y añadió que el plan "tiene puntos positivos y otros de los que merece seguir hablándose para que la resolución ayude a que surja claramente una perspectiva política en Iraq".
La permanencia de las fuerzas multinacionales desplegadas en territorio iraquí representa el punto más polémico del borrador de resolución, que en principio establece que la presencia de las tropas continuaría un año más en esa nación, con la posibilidad de prolongar su estadía, si el nuevo gobierno iraquí lo solicitara.
Bush y Chirac también hablaron de otros temas como la próxima reunión del G-8, los esfuerzos internacionales para resolver el conflicto israelí-palestino y el viaje del presidente Bush a Francia los días 5 y 6 de junio venideros, cuando se celebrará el sexagésimo aniversario del Desembarco en Normandía.