Todos los atentados terroristas tuvieron como blanco las fuerzas de seguridad iraquíes, y los cuatro más sangrientos fueron perpetrados de forma casi simultánea en los barrios de Al Adhamiya y Al Soleij, en el centro y el norte de Bagdad.
Las autoridades locales informaron que los grupos terroristas insurgentes suelen llevar a cabo sus agresiones los viernes, cuando hay un alto número de musulmanes alrededor de las mezquitas.
Entre tanto, el Pentágono dio a conocer que un soldado americano falleció y cuatro iraquíes resultaron lesionados al estallar una bomba en Hawija, una ciudad en el norte del país.