Según diversas fuentes, los traslados comenzaron el viernes de la semana pasada.
Arístegui dijo a la agencia noticiosa Europa Press que la decisión del gobierno de La Habana debe considerarse en todo caso como un gesto hacia la Unión Europea y no hacia el gobierno socialista de Madrid. El legislador recalcó que “pagar por adelantado a tiranos y dictadores no es una buena noticia” y explicó que el gobierno español que ahora preside José Luis Rodríguez Zapatero “ha pagado por adelantado” el gesto que pedía a La Habana cuando reanudó las relaciones con el régimen comunista de Castro.
El diputado español declaró que ese “mínimo gesto humanitario” no se limite a una veintena de presos, sino que se extienda a todos los demás prisioneros de conciencia que hay en Cuba que deberían ser liberados incondicionalmente.
El diario madrileño El País informó el domingo que 24 horas después de reanudar contactos oficiales con la Embajada española en La Habana, el régimen de Castro trasladó a La Habana a cerca de veinte prisioneros de conciencia para practicarles exámenes médicos. El diario agregó que eso había abierto esperanzas de que sea — por parte del gobierno de Cuba — una decisión que pueda desembocar en la liberación de los opositores encarcelados.
Por su parte los disidentes Oswaldo Payá y Vladimiro Roca dijeron a El País que había que esperar para ver si se trata de una maniobra más del gobierno de Castro en momentos en que en la Unión Europa se discute el cambio de la política europea de sanciones.