Sucesos recientes como la detención de más de 100 presuntos paramilitares colombianos en los alrededores de Caracas, los obstáculos que el gobierno de Chávez crea constantemente para evitar la realización del Referéndum Revocatorio que pudiera poner fin prematuro a su presidencia y los continuos ataques verbales del Presidente contra Estados Unidos, son la punta del gran témpano de la crisis política venezolana.
A esto se suman también las acusaciones de Chávez sobre la existencia de un plan para derrocarlo planificado desde Bogotá y Miami; el llamado de Chávez para la creación de milicias civiles, la detención por parte de las autoridades chavistas de alcaldes y militares activos y las interminables amenazas del mandatario contra los medios de comunicación.
Ante este complejo escenario, el Departamento de Estado de Estados Unidos ha expresado su preocupación por el deterioro del estado de derecho en Venezuela, el debilitamiento y la subordinación de las instituciones a los intereses políticos de la facción "chavista", y la caída de los derechos humanos a su más bajo nivel durante el gobierno de Chávez.
El embajador de Estados Unidos, Charles Shapiro,expresó recientemente que su país “no es enemigo de Venezuela . . . Rechazamos todo intento de cambiar este gobierno o cualquiera elegido democráticamente por vías extra constitucionales”
Por su parte, la oposición venezolana se presenta unida para ir, entre el 27 y el 31 de mayo, a los llamados “reparos” de firmas, impuestos por el Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano como condición previa a la realización del Referendum Revocatorio. Dirigentes opositores al gobierno han calificado las maniobras de obstaculización chavistas al Referéndum Revocatorio, como expresiones de histeria oficialista.
Ante los planes de Chávez de constituir milicias populares, el bloque oposicionista Coordinadora Democrática ratificó su voluntad de no desviarse de la ruta hacia el Referéndum Revocatorio y rechazó los planes del Presidente de constituir un plan de “defensa nacional popular” mediante la creación de una milicia.
En un comunicado a los medios de comunicación. la Coordinadora expresó que “Venezuela no se convertirá en un país de milicianos y seguirá siendo un país de ciudadanos”.