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Cuba

El reclamo de bienes estadounidenses en Cuba se anima 56 años después

Bandera de Estados Unidos en un balcón cubano.
Bandera de Estados Unidos en un balcón cubano.

Muchos políticos y empresas de EEUU harían borrón y cuenta nueva pero los ciudadanos comunes insisten en este reportaje de AP en que deben ser compensados.

Un aroma a café viene de la cocina mientras Carolyn Chester revisa fotos viejas que saca de cuatro cajas en la mesa del comedor. Amigos tomados de los brazos en una playa cubana. Hombres con trajes y mujeres con vestidos de fiesta en un nightclub de La Habana.

En todas las fotos aparecen un hombre elegante con un bigote con algunas canas y una mujer de cabello negro con las cejas arqueadas como las de una estrella de cine de los años 50 –el padre y la madre de Chester– que sonríen ante su buena fortuna, sin saber que pronto los abandonaría.

"Esa vida ya no existe", comenta Chester. "Siempre oí hablar de Cuba... de todo el dinero que perdimos y de que 'tal vez algún día...', pero no entendía de qué hablaban".

Ahora, casi 60 años después y a 2.300 kilómetros (1.500 millas) de distancia, ese día podría estar cerca para Chester y muchas otras personas como ella. Para que se haga realidad, no obstante, una nueva diplomacia, que todavía no ha sido ensayada, tendrá que ajustar viejas cuentas.

Poco después que Fidel Castro tomó el control de Cuba en 1959, su gobierno comenzó a confiscar propiedades de miles de ciudadanos y empresas estadounidenses. En el caso de Edmund y Enna Chester, las pérdidas incluyeron una hacienda 32 hectáreas con animales y un Buick nuevo que, ¿quién sabe?, todavía podría estar circulando por las calles de La Habana.

La confiscación de propiedades estadounidenses por un valor ajustado de $7.000 millones se produjo en el marco de una serie de marchas y contramarchas que desembocó en un embargo comercial estadounidense que sigue en vigor. En 1996 el Congreso aprobó una ley que estipula que Cuba deberá compensar a los estadounidenses por lo que les confiscó para que se levante el embargo.

Ese requisito no fue mencionado por el presidente Barack Obama cuando anunció en diciembre que Estados Unidos y Cuba reanudarían sus lazos diplomáticos. Dada la fragilidad de la economía cubana, algunos expertos dicen que las empresas cuyas propiedades fueron confiscadas podrían darse por satisfechas si se les permite volver a operar allí y darían vuelta la página.

Pero la memoria de las empresas no es tan grande como las de las familias. Eso queda claro en sitios como la pequeña vivienda de Chester en Omaha, en un lote esquinero, donde un retrato pintado de su madre, con un marco dorado, observa los amarillentos títulos de propiedad y las acciones que hoy no valen nada. Son recordatorios de la Cuba que existió antes de la llegada de Castro. Y la amargura generada por lo que vino después aún sigue presente.

En las oficinas de una dependencia federal poco conocida hay más de 5.900 reclamos de muebles, fábricas, ropa y vehículos que alguna vez pertenecieron a estadounidenses en Cuba. Detrás de cada reclamo hay una historia, una vida que quedó atrás.

La historia de Edmund Chester comenzó poco después de que fue dado de baja por el ejército y regresó a su casa en Louisville, Kentucky, donde consiguió un trabajo como periodista de un diario. En sus horas libres aprendió por su cuenta a hablar español y en 1929 fue contratado por Associated Press, que lo envió a La Habana.

Chester pasó la década siguiente informando desde todo el Caribe y América Latina. Su trabajo denotaba su amor por Cuba, cuya música y arte llenaron su casa hasta su muerte, y dio lugar a dos relaciones clave.

La primera nació cuando cubrió en 1933 una revuelta que puso a un antiguo sargento, Fulgencio Batista, a cargo de las fuerzas armadas cubanas. Dos décadas después, cuando Batista era el dictador de Cuba, le encomendó a Chester –quien por entonces era un amigo cercano y compañero de pesca, y no ejercía el periodismo– que escribiese una biografía autorizada, con una foto de los dos sonriendo en la tapa.

La segunda relación surgió en 1939, cuando Chester fue a Chile para cubrir un terremoto y vio a Enna, 20 años más joven que él, en la piscina de un hotel. Años después, recuerda su hija, la pareja bailaba en su casa de Mount Dora, en la Florida, al compás de "Bésame". "El seguía muy enamorado de ella", cuenta Carolyn Chester.

En 1940 CBS contrató a Chester como jefe de sus transmisiones para América Latina. En CBS Chester llegó a ser director de noticias y de eventos especiales de la cadena y trabajó en Nueva York con el legendario Edward R. Murrow.

Volvió a Cuba en 1951 y compró una cadena de radios en una isla donde empresas estadounidenses dominaban la economía. La Habana era un imán para los estadounidenses, incluidas celebridades como Frank Sinatra y Marlon Brando, que iban allí a divertirse. "Cuba era un cabaret, un casino, un sitio donde tomar sol", dice Louis Pérez, historiador de la Universidad de Carolina del Norte. "¡Muchacho, cómo cambiaron las cosas!".

Chester vendió las radios después de unos pocos años y su creciente familia seguía dividiendo su tiempo entre un departamento desde el cual se veía la bahía de La Habana y una casa en construcción en el centro de la Florida.

Abrió una agencia de relaciones públicas en La Habana y cuando llegó un equipo de Hollywood para filmar la película The Sharkfighters, Chester los llevó a lo que por entonces se llamaba Isla de los Pinos, frente a la costa sur. Poco después Chester compró una granja de 30 hectáreas en la isla, donde alguna vez hubo tantos estadounidenses que se fundó una escuela para ellos. En 1957 Chester compró acciones de la empresa telefónica cubana por valor de $250.000.

El asesor de Batista, a quien también le redactó discursos, empezó a inquietarse cuando los rebeldes de Castro comenzaron a ganar terreno.

"Preciosa, acabo de colgar el teléfono después de hablar contigo y me di cuenta de que estabas preocupada", le escribió a su esposa desde La Habana en julio de 1958, semanas después del nacimiento de Carolyn. "Estoy de acuerdo en que deberíamos irnos de Cuba lo antes posible".

Cuando se reunió con su familia en la Florida tres días antes de la Navidad, todavía tenía negocios en Cuba. Pero, pocos días después, Batista huía del país y el 1 de enero de 1959 las fuerzas de Castor tomaban el control.

En los primeros meses del gobierno de Castro, muchos funcionarios estadounidenses pensaron que era alguien con quien se podía trabajar. Pero cuando la Unión Soviética empezó a enviar petróleo a Cuba, Estados Unidos ordenó a las refinerías de la isla –que eran propiedad de firmas estadounidenses y de otros países– que no procesasen el crudo de su gran enemigo de la Guerra Fría.

Entonces, el Gobierno cubano se apropió de las refinerías. El Gobierno de Dwight Eisenhower respondió eliminando las protecciones a los precios del azúcar cubano, que generaban el 90% de las divisas fuertes de la isla. Cuba nacionalizó las principales haciendas y para cuando el presidente John F. Kennedy impuso el embargo, ya había confiscado una cantidad de propiedades.

Librado a su suerte, Edmund Chester buscó la forma de sostener a su familia. No había contemplado una jubilación temprana, le escribió a un amigo en 1965.

Los Chester no estaban solos. A lo largo de la década del 60, la Comisión de Reclamos del Extranjero (FCSC, siglas en inglés) recibió miles de reclamos de propiedades confiscadas en Cuba.

Las más grandes eran de empresas como la Cuban Electric Company, dueña de una planta eléctrica confiscada de $268 millones. Luego de numerosas fusiones, el reclamo está hoy en manos de Office Depot.

La mayoría de los 5.900 reclamos aprobados, sin embargo, eran de individuos y familias.

Luther Coleman era un empresario de Detroit que se radicó con su familia en la Isla de los Pinos en 1952. Compró allí 1200 hectáreas de tierra. Su hija Nancy Luetzow, quien tenía ocho años cuando se fue a Cuba y que hoy vive en Hillsdale, Michigan, dijo que su padre convenció a su madre de que se fuesen. "Esta es nuestra oportunidad de vivir en el paraíso, le dijo". El valor de los bienes de la familia reclamados es de $173.000.

Roy Schechter nació en Cuba y tenía doble nacionalidad. Su familia había emigrado algunos años antes y había fundado una sinagoga en La Habana. Schechter se casó y llevó a su esposa estadounidense, Lois, a la isla.

En 1960 la pareja se dirigió en auto a la granja de la familia de 5.000 hectáreas para pagar los sueldos y fue recibida por soldados que le dijeron que la hacienda ya no les pertenecía. Cuando la pareja se fue de la isla en un ferry a Cayo Hueso poco después, Lois escondió su anillo de bodas y algunas joyas adentro de un pañal manchado con extracto de vainilla con la esperanza de que los funcionarios cubanos no revisasen demasiado.

Antes de irse, le pagaron a todos sus empleados, convencidos de que algún día volverían. Pero Roy Schechter pasó al resto de sus días trabajando en una zapatería de Nyack, Nueva York, propiedad de su suegro. Entre las pérdidas de los Schechter, además de la hacienda, figuran una casa colonial española de 17 habitaciones en La Habana que había sido de su madre y que hoy alberga la embajada china.

Su hija Amy Rosoff, quien comparte una casa con su madre en Saratoga Springs, Nueva York, cuenta que su padre les recordaba constantemente acerca del reclamo. "Me encantaría recuperar la casa de mi abuela", dijo Rosoff, "porque es una historia que nos han arrebatado".

Expertos en el tema difieren en torno a la validez de los reclamos, que están amparados por las leyes internacionales.

"Hoy por hoy, lo único que hay son los recuerdos más que nada", dice Robert Muse, abogado de Washington que representa a compañías con reclamos. "Para muchos, luego de ser desposeídos (de sus propiedades) crean un mundo idealizado que tal vez no existió realmente".

Sin embargo, Mauricio Tamargo, presidente de la comisión de arreglos hasta el 2019 y hoy abogado que representa a personas con reclamos, dijo que las confiscaciones produjeron perjuicios permanentes a familias estadounidenses.

"Muchas jamás se recuperaron económicamente", sostuvo Tamargo. "Tu sabes, nadie jamás pensó que pasarían 50 años y no habrían sido compensados".

A los 60 años, Edmund Chester tenía tres hijos pequeños y no podía darse el lujo de jubilarse. Pero una fuerte helada destruyó sus cultivos de citrus. Los reemplazó con duraznos, que también perecieron. Con los últimos ahorros que le quedaban, se dedicó a criar pollos. "La granja de pollos fue un desastre financiero", dice su hijo Edmund Jr. "No me di cuenta lo mal que estaban las cosas hasta que revisé los archivos y aparecieron todos los documentos legales. El proveedor de alimentos, el banco hipotecario, todos estaban detrás suyo".

El estrés hizo mella en Chester, cuyas facultades mentales estaban diluyéndose. Les dijo a sus hijos que temía que los hombres de Castro lo iban a matar y les enseñó a usar armas. Se despertaba gritando en medio de la noche.

Esos temores tenían sus fundamentos. Una noche de 1958, la hija mayor de Chester, Patricia, nadaba en la piscina detrás de la casa con unos amigos cuando escucharon unos ruidos fuertes en medio de la oscuridad. "Al principio pensamos que era el caño de escape" de algún auto que pasaba, recuerda una amiga, Jean Stoothoff. Pero eran disparos a lo largo de toda la propiedad, agrega. Edmund Chster y dos guardias salieron con sus armas.

"Tenía una (pistola) calibre 38. No sé dónde la guardaba, pero cada vez que aparecía alguien que no conocía, se la ponía en su bolsillo trasero al ir a recibirlos", relata su hijo.

Antes de morir en 1975 a raíz de una serie de derrames, el viejo Chester seguía esperanzado en recibir compensaciones por la confiscación de propiedades "tan rápida, tan violenta y tan completa". Por años después de su muerte, Enna Chester recortó y guardó artículos sobre reclamos de estadounidenses que perdieron propiedades en Cuba. Pero tuvo que vender la tierra alrededor de su casa para pagar las cuentas.

Carolyn Chester, cuyo padre falleció cuando ella tenía 15 años, dijo que las pérdidas de las que tanto hablaban sus padres no la impresionaron mucho hasta los 20 años, en que ella y su madre fueron a comer con un ejecutivo bancario. Cuando se iban, el hombre las llamó a un lado y le dijo que algún día se reanudarían las relaciones entre Estados Unidos y Cuba y que ellas podría recibir algún dinero.

Al morir su madre en el 2001, lo único que le quedó a Carolyn Chester fueron rollos de películas viejas y una gran cantidad de papeles y de cuentas impagas.

Cuando se fue a Omaha con su familia en el 2006, consiguió trabajo en la oficina de admisiones de la facultad de Medicina de la Creighton University, donde le mostró a su compañeros fotos de su familia en Cuba. Un día una colega le comentó al pasar que había escuchado que estudiantes y profesores de la facultad de Derecho estaban investigando reclamos de propiedades confiscadas en Cuba. ¿Castro no se había quedado con las tierras de la familia?

Hace una década, la noción de una Cuba sin Fidel comenzó a parecer una posibilidad. "Fidel se ve enfermo y el Gobierno de (George W.) Bush decide que si algo pasa en Cuba, hay que tener un plan listo", expresó Michael Kelly, profesor de Derecho en Creighton.

El Gobierno encargó varios estudios, incluido uno sobre las propiedades confiscadas y otros sobre los reclamos. Un grupo de Creighton fue el vencedor, a pesar de estar tan lejos del vórtice de emociones que envuelve las relaciones cubano-estadounidenses y que se centra sobre todo en el sur de la Florida.

Los profesores reclutaron estudiantes y pasaron una semana estudiando viejos reclamos hechos en Washington. Dos profesores viajaron a Cuba e inspeccionaron viviendas y negocios mencionados en los reclamos. Comprobaron que los nombres de las calles habían cambiado y que algunos edificios se encontraban en muy mal estado, mientras que otros habían desaparecido.

"Cada uno cuenta una historia", dice el profesor de Ciencias Políticas Rick Witmer, señalando hacia los archivos de un banco de datos de una computadora que armó a partir de los detalles de los reclamos. Un archivo habla de una familia que perdió obras de arte y los muebles de la casa. Otro de una fábrica de cigarrillos. "Esta es la vida de la gente, cosas que perdieron. Y no será posible recomponer esto".

Las leyes estadounidenses, no obstante, le exigen al Gobierno que lo intente. El embargo comenzó con una directiva presidencial. Pero en 1996, en medio de grandes tensiones derivadas del derribo de dos aviones de exiliados cubanos que tiraban panfletos sobre la isla, el Congreso aprobó la ley Helms-Burton, que estipula que el Congreso es el único que puede levantar el embargo.

"El Congreso opina", dice la ley, "que la satisfactoria resolución de los reclamos de propiedades... sigue siendo una condición esencial" para la reanudación total de relaciones entre los países.

La revisión de los reclamos aprobados ofrece un panorama de una era en la que Cuba concentraba mucha riqueza estadounidense. Hoy, los principales reclamos, de empresas como Exxon y Coca Cola, podrían resolverse si el Gobierno cubano les da el derecho a operar en Cuba, dice Kelly. Pero las otras personas que tienen reclamos tienen que hacerse la idea de que el país simplemente no tiene el dinero para compensarlos, acotó.

"Cuando se abra la economía cubana, tendremos la bancarrota más grande del siglo XXI a 90 millas (145 kilómetros) de nuestras costas", dijo Kelly. "Tenemos que ser ingeniosos para hacer desaparecer esos reclamos".

En el 2007, los profesores de Creighton ofrecieron una conferencia de prensa para dar a conocer los resultados de sus investigaciones de los reclamos y dijeron que lo más probable es que se recuperen entre tres y cuatro centavos por dólar perdido.

A las personas que tenían reclamos se les había venido diciendo que sus pérdidas serían ajustadas a la inflación. Los $1.900 millones confiscados en los años 60 equivaldrían a mucho más hoy, al menos en los papeles.

La perspectiva de que las pérdidas de Chester, que alguna vez fueron calculadas en $489.000, sean devaluadas ofusca a Carolyn Chester. Y cuando un inversionista la llamó proponiéndole comprar su reclamo por una suma mucho más baja, directamente se enfureció.

Divorciada, con un hijo adolescente, Chester se ha pasado horas estudiando los archivos de la familia. Recabó información, tratando de comprender cómo puede ser que, con tantas empresas no estadounidenses que invierten en Cuba, su Gobierno pueda ofrecer compensaciones tan escasas. Revisó artículos sobre Cuba y desmintió comentarios de lectores que decían que los estadounidenses que vivieron en la isla eran mafiosos que recibieron su merecido. "Se ha metido en esto", dice su hermano, "y se aferra a esto como un pit bull".

En diciembre, Chester escuchó que Obama iba a hacer un pronunciamiento sobre Cuba y pidió el resto del día libre. De vuelta en su casa, encendió el televisor debajo del retrato de su madre y escuchó atentamente al Presidente cuando habló de revisar una "política rígida, basada en eventos que tuvieron lugar antes de que la mayoría de nosotros hayamos nacido".

Para Chester, el discurso confirmó que los políticos y las empresas quieren dar vuelta la página y se alegrarían si desaparecen los reclamos. Pero no pueden ver lo que ella hace desde la sala de estar de su casa, donde tiene una pila de documentos relacionados con Cuba en una mesita.

Fidel Castro no se quedó con las propiedades solamente, dice Chester. Se llevó la seguridad financiera de sus padres, el bienestar de su familia, la salud de su padre y toda posibilidad de una herencia que pueda reparar los escalones rajados de su puerta. 56 años después, dice, "no voy a permitir que me despojen de nuevo".

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Informe revela secretismo en las elecciones municipales en Cuba

Foto Archivo. Perfiles de Candidatos a la Asamblea del Poder Popular. El Consejo Electoral Nacional (CEN) en Cuba incurrió en "graves deficiencias en cuanto a la transparencia, la independencia y la legitimidad de los procesos electorales". (CEN) (REUTERS/Alexandre Meneghini)
Foto Archivo. Perfiles de Candidatos a la Asamblea del Poder Popular. El Consejo Electoral Nacional (CEN) en Cuba incurrió en "graves deficiencias en cuanto a la transparencia, la independencia y la legitimidad de los procesos electorales". (CEN) (REUTERS/Alexandre Meneghini)

A lo largo de los primeros meses de 2024, tuvieron lugar en Cuba numerosas elecciones para cubrir vacantes en las Asambleas Municipales del Poder Popular, en un proceso electoral poco transparente, revela un informe de Transparencia Electoral publicado por DemoAmLat.

Entre enero y febrero de 2024 se reportó la realización de numerosas elecciones para cubrir escaños municipales, sin poner a disposición del público los reportes de las asambleas de nominación que especifiquen lugar, fecha y hora; nombres y apellidos de los miembros de la Comisión Electoral de Circunscripción que actuaron en la asamblea; número de electores del área y número de los asistentes; candidatos que fueron propuestos, con expresión de sus nombres y apellidos, así como de cada uno de ellos, su edad, sexo, estado civil, último grado de escolaridad vencido, estudios que realiza, calificación profesional, ocupación actual, organizaciones a las que pertenece, lugar de su residencia y número de votos obtenidos; nombres y apellidos del candidato nominado y constancia de que aceptó la nominación; y firmas de los miembros de la Comisión Electoral de Circunscripción y del candidato nominado.

"La organización de las votaciones fue aún más opaca: no hubo prácticamente aviso previo, no se reportó una campaña para pedir el voto en los medios de comunicación, ni tampoco la legalmente obligatoria publicación de las biografías de los candidatos (confeccionadas por las Comisiones de Candidaturas) para su distribución a la vista del público. En última instancia, el único reporte de que estos procesos tuvieron lugar se vio en las publicaciones en redes sociales por parte del ente electoral durante la realización de la votación misma y después, sin que siquiera se reportaran los resultados", denuncia la investigación.

El Consejo Electoral Nacional (CEN) en Cuba incurrió en "graves deficiencias en cuanto a la transparencia, la independencia y la legitimidad de los procesos electorales".

Entre los múltiples errores en este proceso el informe destaca la llamada "influencia vertical del régimen sobre la gestión electoral", por la falta de separación entre el Estado, el Partido Comunista de Cuba y las autoridades electorales. También la falta de observación electoral independiente, de libertades políticas durante los procesos electorales y de transparencia en la comunicación sobre las vacantes producidas y los procesos electorales subsiguientes.

Observatorio Cubano de Derechos Humanos denuncia aumento de la represión tras protestas del 17M

En marzo se registraron un total de 374 hechos represivos, casi cien más que los ocurridas durante febrero / Foto de archivo: ADALBERTO ROQUE (AFP)
En marzo se registraron un total de 374 hechos represivos, casi cien más que los ocurridas durante febrero / Foto de archivo: ADALBERTO ROQUE (AFP)

El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) denunció un aumento de las acciones represivas en el mes de marzo contra intelectuales y periodistas independientes en la isla y miembros de la sociedad civil en general.

“Nos preocupa, tremendamente, el aumento de la represión que se está viendo en las últimas semanas, incluso con el empleo de violencia en contra de académicos, activistas, prisioneros políticos y periodistas independientes”, indicó a Martí Noticias Yaxis Cires, director de Estrategias de la entidad con sede en Madrid, España.

“Nos unimos a la preocupación que manifiesta la iglesia en cuanto a la gravedad de la situación socioeconómica del país. En ningún caso la respuesta está en la represión y la violación a los derechos humanos", dijo Cires e hizo referencia a la importancia de que se produzcan "cambios políticos, económicos y sociales" que garanticen al pueblo "desarrollar su vida en libertad y con prosperidad”.

A finales de marzo, la Seguridad del Estado citó y amenazó con encarcelar al secretario General de la Asociación Sindical Independiente de Cuba (ASIC), el preso político en licencia extrapenal Iván Hernández Carrillo, por “poner en peligro el orden constitucional y mercenarismo”.

Asimismo, sucedió con el ex preso político Luis Darién Reyes Romero, intimidado con una pistola en plena calle de La Habana Vieja por un agente vestido de civil.

El Observatorio también resaltó los casos de los periodistas independientes José Luis Tan Estrada, multado con 3,000 pesos por “violar el Decreto Ley 370” y de Camila Acosta detenida el domingo en Cárdenas, provincia de Matanzas, cuando se dirigía a visitar a familiares de presos políticos.

“No hablaron conmigo, no me dieron explicación, simplemente me montaron en la patrulla en Cárdenas y me dijeron que me mandaban para La Habana”, señaló Acosta tras ser liberada.

Otro de los casos recientes fue el arresto arbitrario de la académica Alina Bárbara López Hernández, a quien le diagnosticaron una “luxación humeral derecha (esguince del hombro derecho)” y una “subluxación en el pulgar de la mano izquierda”.

El Observatorio Cubano de Derechos Humanos reportó, recientemente, que la represión en Cuba repuntó durante el mes de marzo, principalmente luego de las protestas del día 17.

La organización detalló que, en el transcurso del mes, se registraron un total de 374 hechos represivos, casi cien más que las ocurridas durante febrero.

Régimen emplea cuatro autos patrulla para impedir que Camila Acosta visite a familiares de presos políticos en Cárdenas

Camila Acosta fue arrestada el pasado domingo en Cárdenas, Matanzas / Foto: Twitter de la periodista
Camila Acosta fue arrestada el pasado domingo en Cárdenas, Matanzas / Foto: Twitter de la periodista

La periodista independiente Camila Acosta fue detenida el domingo en Cárdenas, provincia de Matanzas, donde tenía previsto reunirse con familiares de presos políticos.

Acosta denunció lo sucedido través de una directa que publicó en CubaNet, diario para el cual trabaja, al bajarse del carro patrullero que la llevó de regreso a su casa en La Habana.

“Me detuvieron en Cárdenas, Matanzas. Me tenían un operativo montado –después supe- desde las seis de la mañana aquí, en la casa, pero bueno, yo me fui antes”, relató la joven periodista.

Según Acosta, tras arribar a la ciudad de Cárdenas fue arrestada por la policía política local.

“No estuve ni media hora, enseguida me detuvieron. Yo iba a visitar a los familiares de unos presos políticos, a brindarles mi apoyo, a hacer mi trabajo también. Y, bueno, no me dejaron”, comentó.

Según dijo, la llevaron para la Estación de la Policía, donde la mantuvieron detenida por una hora aproximadamente.

El regreso a la capital, explicó en el video, fue una carrera de relevo con cuatro autos patrulleros de los órganos represivos del régimen.

“Me montaron en una patrulla y hasta el intermitente del Punto de Control de Bacunayagua. Ahí me recogió otra patrulla hasta el Punto de Control de Guanabo y en Guanabo me recogió la patrulla que acaban de ver al inicio de esta transmisión, que me dejó aquí, al doblar de mi casa”, explicó.

“No hablaron conmigo, no me dieron explicaciones, simplemente, me montaron en la patrulla allí, en Cárdenas, y me dijeron que me iban a mandar para La Habana".

No obstante, Acosta -quien ha sido acosada durante años por agentes de la Seguridad del Estado- aseguró que seguirá haciendo su trabajo. "En otra ocasión, no sé si mañana, pasado, la semana que viene o dentro de un mes, pero yo voy a ir a visitar a esas personas que se quedaron esperándome”, advirtió.

La pasada semana la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) denunció la represión que ejercen las autoridades contra los periodistas independientes cubanos.

“En medio de la crisis económica de sobrevivencia, aquellos periodistas que aún no pueden o no desean emigrar sufren la tensión de la vigilancia continua, el acoso en contra de sus familiares y contactos y la amenaza permanente de arrestos arbitrarios y condenas a prisión”, explica el más reciente informe de la organización.

Crucero de Carnival en ruta a Honduras rescata a 27 balseros cubanos

Los cubanos en el momento en que son rescatados por miembros de la tripulación del Carnival Paradise. (Foto: Carnival Cruise Line)
Los cubanos en el momento en que son rescatados por miembros de la tripulación del Carnival Paradise. (Foto: Carnival Cruise Line)

Un buque de la empresa de cruceros Carnival rescató este domingo a 27 balseros cubanos. Reportes de prensa indican que los migrantes se hallan en buenas condiciones tras recibir agua, alimentos y atención médica.

Según el sitio Cruicehive, la embarcación Carnival Paradise se dirigía a la isla de Roatan, en Honduras, cuando su tripulación divisó a un grupo de personas que pedía auxilio desde una embarcación de fabricación casera.

El rescate ocurrió sobre las 2:20 de la tarde, a unas 20 millas del extremo suroriental de Cuba, frente a la zona conocida como Los Cajuelos.

"El pequeño barco de madera estaba en mal estado, con lo que parecía ser una vela improvisada, aunque no estaba en uso. Con 27 personas a bordo, el barco estaba abarrotado y no llevaba suministros adecuados para quienes iban a bordo", subraya el reporte de Cruisehive.

La fuente agregó que la tripulación del crucero, que había zarpado desde Tampa, Florida, notificó a la Guardia Costera de Estados Unidos y a las autoridades de Honduras sin precisar a cuál de los dos entes los entregó.

En marzo pasado, 14 balseros cubanos fueron rescatados en alta mar por el crucero más grande del mundo, el Icon of the Seas, de Royal Caribbean, y entregados en Roatán a las autoridades hondureñas, que posteriormente los liberaron.

Los cubanos continúan lanzándose al mar rumbo a las costas de EEUU pese a las reiteradas advertencias de las autoridades del país vecino de que a los migrantes interceptados en el mar, independientemente de su nacionalidad, no se les permitirá ingresar a territorio estadounidense.

“Los inmigrantes que intenten ingresar ilegalmente a Estados Unidos por mar serán descalificados indefinidamente de la política de libertad condicional de inmigración legal para cubanos y haitianos”, dijo el viernes el teniente Peter Hutchison, de la División de Cumplimiento del Séptimo Distrito de la Guardia Costera.

En las últimas semanas, decenas de cubanos han sido repatriados a la isla tras ser interceptados por los guardacostas en aguas del sur de la Florida.

EN IMÁGENES: La situación de la basura en La Habana

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