Hijo de españoles, madre y padre asturianos, un morciniego y una ovetense, José Ramón Fernández Álvarez (El Gallego) no es de Galicia ni Asturias. Nació el 4 de noviembre de 1923 en la oriental Santiago de Cuba. Un militar de carrera formado dentro del ejército del ex presidente cubano Fulgencio Batista y Zaldívar.
Estudió en la antigua escuela militar, la academia de artillería, y en la academia de Fort Sill en los Estados Unidos. Por actos de corrupción, y no por conspiración - como tanto se ha mentido -, fue detenido y juzgado en 1956 por un tribunal castrense.
Mientras cumplía sanción en la prisión de Isla de Pinos, triunfa La Revolución y el ajedrez de Fidel Castro no necesita un peón sino un buen lugarteniente sabio, oportunista y agradecido. Uniforme a la medida confeccionado especialmente para el señor José Ramón, que no se alquila ni se vende pero sí se prostituye. Sus actos y comportamiento gozan del beneplácito de sus superiores.
Sin ser parte del jet set que llaman “Revolución”, Fernández supo escalar y se convierte inicialmente en director de la recién creada escuela cubana de cadetes en la provincia de Matanzas. En el año 1961 le llega su momento de gloria, el hecho de estar al mando, junto a Fidel en los sucesos conocidos como Victoria de Girón, o Bahía de Cochinos, le sirven de galardón y peldaño a sus tremebundas intenciones.
Con casi 6 pies de estatura, pelo y guayabera blanca, camina como gigante y rezuma repulsión. Hace muchos años está casado con Asela de los Santos, con quien mantiene de mutuo acuerdo un pacto de no agresión. Fue ministro de educación y es uno de los vicepresidentes del Consejo de Ministros y el Comité Ejecutivo; es miembro del Comité Central del PCC, diputado a la Asamblea Nacional, y licenciado en ciencias sociales. Un sujeto repudiado y despreciable, tristemente célebre por su afición a las menores de edad.
Abuso lascivo y acoso sexual son dos de las acusaciones que pesan contra él. Su modus operandi es harto conocido, ha sido denunciado en varias ocasiones, pero el gobierno hace caso omiso a tan abyecto espécimen. Decir nombres, me parece poco ético.
Actualmente es Presidente del Comité Olímpico Cubano, de todos es conocido que cuando Niurka Montalvo (atleta de alto rendimiento) quiso obtener su nacionalidad española para competir en los juegos Olímpicos de Sídney 2000; “El Gallego” Fernández la vetó con la Federación Cubana de Atletismo, escudándose en la frase “Los atletas que abandonan la isla, rompen con el compromiso de honor que tienen con su pueblo”. Pero el señor no pierde ocasión y siempre que puede visita la madre patria, y dice sentirse profundamente honrado de ser asturiano por adopción.
Hipócrita y desvergonzado es un hombre que habla en tono grave lo que es leve, según las circunstancias, y liviano con voz pausada lo que es realmente grave.