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El efecto Timbalive


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Estremece el cuerpo, lo sofoca, lo descontrola, y con solo escuchar los primeros compases de sus canciones, transmite una sensación directa a las caderas, que de pronto dominan el cerebro y con desespero se mueven erótica, desenfrenada y agresivamente al ritmo contagioso de la música. Es el efecto Timbalive.

Una agrupación de diez músicos, tres cantantes – una mujer, dos hombres - y siete instrumentistas, que bajo la dirección del percusionista Leo García, ha logrado un alto nivel de acoplamiento musical, que los destaca dentro del género “Timba”.

La composición y arreglos de los coros afinados y pegajosos de Timbalive, de las líneas melódicas acompañadas de excelentes armonías que presentan fuertes influencias del jazz y de la música tradicional cubana; los magníficos solos de trombones, el “tumbao” contra - acentuado del piano que muchas veces se aleja de la relación de acentos con el tiempo fuerte, y la perenne presencia de la percusión cubana, que desborda un exceso de talento con ritmos complejos y elaborados; son solo algunos de los factores que convierten el escuchar Timbalive, en una experiencia que arrebata y crea un juego de placer.

Pocas veces, especialmente en los últimos tiempos, encuentro un disco de música bailable, que además de ritmos y acordes contagiosos, valga la pena sentarse a escuchar y analizar sus letras. Sin alejarse totalmente de los textos provocativos y callejeros que caracterizan a la Timba, la agrupación aborda líricas inteligentes con asuntos sociales del momento.

En este caso, cada canción de los discos de Timbalive (hasta ahora dos producciones: “From Miami a la Habana” y la más reciente “La Timba Pa’ to el Mundo”) cuenta una historia de la vida real, que ha sido “sufrida” o “gozada” en carne propia por alguno de sus integrantes, y que a su vez refleja la historia de tantas personas, muy en especial, de tantos cubanos.

La canción “Llegó mi pasaporte” (sencillo del más reciente álbum), aborda la temática del inmigrante en Estados Unidos y de la necesidad e importancia de convertirse en ciudadano, una vez que decides residir aquí. “Ya llegó… ya llegó mi pasaporte. Soy americano y no hay quien me deporte”, dice el coro.

Se refiere a los Estados Unidos como un país de leyes y libertades que protege a sus ciudadanos, algo que ni las más altas instancias gubernamentales pueden violar. “Me voy a donde quiera yo, y cuando quiera vengo”. Igualmente, destaca que la cubanía no se pierde. “Lo de cubano yo lo llevo en vena”. La canción fue escrita, irónicamente, por los dos únicos integrantes del grupo (todos viven en Estados Unidos), que aún no son ciudadanos americanos, Boris Monterecy y Miguel Ruiz.

Por su parte, el tema “Arriba tu gozas más”, del también trombonista del grupo, Bayron Ramos, aborda un asunto diferente. Dice así: “Arriba tu gozas más, arriba te vuelves loca…”…“Arriba, donde tu carita me dice que ya estás loquita”. Confieso que antes de escuchar el tema, pensé que la letra tendría un doble sentido y que daría pie a varias interpretaciones. Pero no… para mi sorpresa el mensaje es muy claro y explícito. Pero bueno, como quiera que sea, aluden a una realidad de la vida… ¿o no? Sin más comentarios, me limito a citar algo que siempre decía una amiga: “La verdad es que estos músicos son unos arrebatados”.

Y son además, amantes de la vida. Por esto, Timbalive también rinde un homenaje a este “experimento” que es la vida y nos invita a vivirla al máximo, pese a los obstáculos que la misma impone. “La vida… son los momentos que pasa uno día tras día. Trae alegría, momentos tristes, así es la vida. Tienen salida, nunca te caigas ni te limites a lo que digan. Vive la noche, disfruta el día, y sin medida. Vive la vida”.

Si hablamos de letras de canciones, no podemos obviar la respuesta de Timbalive a la canción de la Charanga Habanera “Gozando en La Habana”. Como es sabido, este tema de la Charanga, según su director David Calzado, fue inspirado en parejas de novios cubanos que se ven obligadas a separarse, cuando ella se va de Cuba hacia Miami. El tema dice: “Tu llorando en Miami, y yo gozando en La Habana”. Pues bien, Timbalive compuso “Como Miami no hay na’”. Más claro, ni el agua.

Si analizamos detenidamente la estructura y el concepto de la canción, vemos que la respuesta se hace incluso más evidente: Ambas canciones comienzan con coros de canciones del grupo español Formula V. La Charanga utiliza una versión de la conocida “Cuéntame”, y comienza: Cuéntame, cómo te ha ido… , mientras que Timbalive inicia el tema con: Eva María se fue. A lo largo de su canción, Timbalive presenta coros como “Ella se fue pa’ Miami, y él en La Habana se quedó”. También responde a la Charanga Habanera, diciendo algo que a muchos de los que una vez salimos de nuestro país, nos ocurrió. Es una realidad inevitable, y la canción dice así: “Tienes razón, es verdad. Lloré varias veces, pero solo fue tres meses, como Miami no hay na’”.

Musicalmente, los discos de Timbalive – sin apartarse de la Timba - gozan de gran diversidad de géneros y estilos. Por ejemplo, “Sopla mi Trombón” es una conga, que haciendo honor a su nombre, incorpora magníficos solos de trombón. Por su parte, “Ra Ra Ra” es un reggeaton (a lo cubano), y “Vive la Vida” es una mezcla exquisita de guagancó, columbia y timba, que exalta en todo momento la presencia de la clave cubana. La música de la agrupación, por lo general, tiene influencias del jazz, el reggae, el reggeaton, el pop, el rock, el rap y por supuesto, de la música tradicional cubana.

Asimismo, mantienen una estructura muy similar en sus canciones: Comienzan con coros que anuncian el tema, continúan estrofas que lo explican, seguidas nuevamente por coros que logran convertirse en parte esencial de la pieza. Los puentes casi siempre son presentados con solos de trombón o percusión. Es común la alternancia de solo y coro, acompañados por el piano, la percusión y alguna intervención de un instrumento, como por ejemplo, el trombón. Asimismo, los cantantes incluyen el “rappeo” en sus improvisaciones, que intercalan con los coros. Instrumentos y efectos electrónicos añaden también un toque moderno y universal a la música.

Timbalive le canta a la vida, le canta al amor y al desamor, pero también el mensaje en sus canciones es claro: la música cubana es una sola. Y los cubanos, no importa en qué rincón del mundo se encuentren, son un solo pueblo, una sola familia. Por eso, en su canción “From Miami a La Habana” (nombre también del primer disco, donde el propio título alude a la mezcla del inglés de Miami y el español de La Habana), dice: “Lo que te traigo se llama música cubana, un poquito de Miami y otro poquito de La Habana”… “Juntemos nuestras voces, cantemos todos una sola voz de unión… a nuestra música”.

Vale la pena escuchar a esta excelente agrupación y trasladarse por un rato a un mundo muy personal, donde solo prevalecen la música, el baile y el placer que traen consigo. Luego, al volver a la realidad, también vale la pena meterse dentro de las letras de sus canciones e interiorizar sus mensajes. Y así, sin más, tratar de vivir la vida a plenitud, con los elementos que la componen y que la hacen tan especial: los amigos, la familia, el ser amado, el sexo, la alegría y la tristeza. A todo eso le canta Timbalive, que en ritmo de timba exclama: “Vive la vida, que la muerte está segura. No te me caigas, que la vida es solo una”.

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