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El duro camino de un inmigrante cubano que se coronó campeón por Chile en los Juegos Panamericanos

Un par de metros antes de terminar la prueba de 1.500 metros del decatlón, Santiago Ford detuvo su trote, estiró sus brazos hacia los costados y cruzó la meta caminando, justo como hizo hace cuatro años para ingresar a Chile.
Buscando mejorar su calidad de vida, Ford tomó la decisión de irse de Cuba en septiembre de 2018. Voló desde la isla a Guyana, de ahí emigró en barco a Brasil, atravesó ese país para llegar a Perú e ingresó a Chile por la región norte.
Según su relato, para llegar a Santiago, tuvo que atravesar el desierto siguiendo las vías del tren. Pasó hambre y sed, pero logró llegar a su destino.
"Al entrar a la meta que me paré, pero no fue porque quise, sino que de repente me acordé cuando caminaba por el desierto a las cinco de la mañana, parado en medio de la nada sin saber qué hacer", dijo Ford con la medalla dorada colgando de su cuello.
Nacionalizado chileno hace menos de un año, el atleta de 26 años se consagró campeón del decatlón de los Juegos Panamericanos la noche del lunes en el vetusto Estadio Nacional.
"Esos últimos metros fueron ese reflejo de estar en la madrugada deshidratado, pero mi corazón y mi mente sabían que yo quería estar aquí en este momento", agregó.
La idea de irse a Chile se anidó en la cabeza de Ford cuando un grupo de entrenadores chilenos fueron a la isla. Había quedado cuarto en el Mundial Sub20 que se disputó en Polonia 2016, pero entendió que ese resultado en su país no bastaba y decidió irse.
En Chile no lo pasó bien al inicio. Tuvo que trabajar como guardia de seguridad en clubes nocturnos para generar ingresos y combinarlo con el alto rendimiento. No fue una buena combinación y parecía que su sueño de triunfar en el atletismo se esfumaba.
"El migrante pasa por muchas cosas, cuesta mucho trabajo llegar a cumplir los objetivos", reconoció el decatleta. "Al principio no fue todo como pensaba, pero Dios me dio la oportunidad de conseguirlo".
Después conoció al entrenador Matías Barrera, quien lo alojó en su casa y pudo retomar sus entrenamientos. El siguiente problema que tuvo fue que no tenía la nacionalidad y no podía competir por Chile.
Eso cambió a finales del año pasado cuando Ford junto con otros dos luchadores cubanos recibieron la ciudadanía para poder competir en los Juegos Panamericanos. Fue un proceso que requirió de una ley que fue propuesta por el senador Sebastián Keitel, otrora velocista que llegó a ganar una medalla de bronce en los 200 metros del Mundial de atletismo bajo techo en 1995.
Ford no los defraudó.
"Mantuvimos intacto el sueño desde el día cero, gracias a Sebastián Keitel que me ayudó en el proyecto de la nacionalidad para que hoy en día estuviéramos defendiendo los colores de Chile", dijo Ford.
"Estoy muy agradecido con los chilenos, hoy me temblaban las piernas en el disco con siete mil personas cantando mi nombre y el disco llegó a donde tenía que llegar y hoy celebramos todos juntos".
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Cubanos en las Mayores: Yordán Álvarez

Si la salud lo acompaña y le permite tener una larga carrera, Yordán Álvarez se retirará como el mejor bateador cubano que haya pasado por las Grandes Ligas.
¡Pueden apostarlo!
El jardinero izquierdo y bateador designado de los Astros de Houston es, a decir de su manager Dusty Baker, lo más parecido a Barry Bonds la caja de bateo.
Y es también uno de los mayores errores gerenciales de los Dodgers de Los Angeles, equipo que lo firmó como agente libre internacional, pero lo cambió a los Astros sin haber siquiera debutado en Ligas Menores.
Desde que puso un pie en la Gran Carpa, el pelotero nacido en Las Tunas enseñó madera estelar.
Novato del Año de la Liga Americana en 2019, se perdió casi todo el 2020 por una lesión en la rodilla que lo llevó al quirófano.
Entre 2021 y 2023 ha sido simplemente demoledor, con más de 30 cuadrangulares en cada una de esas temporadas y bordeando siempre las 100 carreras impulsadas, lo que lo hace un perenne candidato al Jugador Más Valioso.
Desde su debut en 2019, Alvarez acumula 513 hits en 1,738 turnos, para average de .295, con 114 dobles, cuatro triples, 129 jonrones, 324 carreras anotadas y 380 remolcadas.
Es un bateador que usa todo el terreno para disparar sus batazos, lo que dificulta aún más ponerlo out.
Su promedio de embasamiento es de .390 y su slugging de .588, con un OPS de .978.
Sin embargo, en los últimos tres años también se ha visto afectado por lesiones recurrentes, que le han hecho perderse 93 juegos, de 486 posibles y 43 de ellos en el 2023.
Con 26 años, todavía no parece haber llegado a su clímax, aunque ya le regalan, como a Barry Bonds, boletos intencionales con la primera base ocupada, una acción sólo reservada para unos pocos elegidos.
El talento sobra. La clave es la salud. Y la meta final es el Salón de la Fama de Cooperstown.
Se mueve lento el mercado de los peloteros cubanos en MLB (FOTOS)

El mercado laboral de las Grandes Ligas se mueve bastante lento hasta ahora en sentido general, y en particular, en lo que respecta a los jugadores cubanos.
Los posibles destinos de los agentes libres, como Jorge Soler, Aroldis Chapman o los hermanos Gurriel, y probables cambios de equipo de quienes aún no están en el mercado, no pasan más allá de los rumores.
A Lourdes Junior, el menor de los Gurriel, algunos expertos lo sitúan en el jardín izquierdo de los Bravos de Atlanta, equipo que declinó la opción del boricua Eddie Rosario, titular de la posición en los dos últimos años.
Otros auguran que Yunito terminará en los Nacionales de Washington, con un contrato estimado de tres años y 32 millones de dólares.
Para su hermano mayor, Yulieski, las opciones son menores, pues está a punto de cumplir 40 primaveras y ya no está para soportar la carga de la titularidad.
Sin embargo, todavía parece quedarle algo de gasolina en el tanque como jugador de recambio, además de ser una voz respetada y escuchada por los peloteros más jóvenes, por lo que un año más con los Marlins de Miami podría ser una posibilidad.
Los rumores en torno a Soler lo ubican como bateador designado de los Tigres de Detroit, donde debería calzarse los zapatos nada menos que del venezolano Miguel Cabrera, quien acaba de emprender su retiro y está a la espera, dentro de cinco años, de la llamada del Salón de la Fama de Cooperstown.
Y Chapman apuntaría a los Padres de San Diego, cuyo cerrador de los últimos tiempos, Josh Hader, se fue a la agencia libre y es altamente cotizado.
Otro rumor lo devolvería a los Rojos de Cincinnati, equipo con el que comenzó su carrera de Grandes Ligas hace 14 años.
También como agentes libres figuran el veterano receptor Yasmani Grandal y los lanzadores Vladimir Gutiérrez y Yariel Rodríguez.
De Grandal no se escucha nada. Veterano de 35 años y 12 temporadas, fue una decepción en sus cuatro campañas con los Medias Blancas de Chicago, con los que sólo jugó en 356 de 648 partidos posibles, debido a constantes lesiones.
Gutiérrez viene de una operación Tommy John y trabaja fuerte en busca de un regreso, luego de dos campañas con los Rojos, en los que mostró potencial, pero nunca logró explotar a plena capacidad.
Y Yariel Rodríguez, el principal pitcher de la selección cubana en el reciente Clásico Mundial de Béisbol, ha despertado interés de varios equipos, para quienes ha realizado exhibiciones en República Dominicana, sin que hasta ahora se haya concretado nada.
Uno que suena fuerte como moneda de canje es Miguel Vargas, de los Dodgers de Los Angeles.
Vargas, considerado uno de los mejores prospectos de la organización, no pudo traducir en su breve estancia en las Mayores los números que ha conseguido en las categorías inferiores.
Con el regreso de Gavin Lux y la versatilidad de Mookie Betts, no parece haber mucho espacio para el cubano en el 2024.
Los Dodgers necesitan reforzar su cuerpo de abridores y no le vendría mal a Vargas un cambio a los Rays de Tampa Bay por el derecho Tyler Glasnow.
Otro nombre que ha sonado como canjeable es el estelar patrullero central de los Medias Blancas, Luis Robert Jr.
Los Yankees de Nueva York estarían interesados, aunque en el cambio posiblemente tendrían que incluir al domincano Jasson Domínguez, apodado El Marciano, quien en una efímera estancia en MLB el año pasado dio muestras de un talento ilimitado.
Por ahora, todo se mueve en el plano de las especulaciones, pero el mercado podría dispararse la semana próxima, cuando se produzcan en Nashville las reuniones invernales de dueños y gerentes de equipo.
El boxeo profesional fue también víctima del castrismo

Cuba fue, hasta los años 60, el país con más campeones mundiales de boxeo profesional, después de Estados Unidos.
Desde que Eligio Sardiñas, Kid Chocolate, conquistó la corona superpluma en 1931, otros compatriotas se encumbraron a lo más alto del pugilismo rentado, como Kid Gavilán (Gerardo González), Luis Manuel Rodríguez, José “Mantequilla” Nápoles, Benny “Kid” Paret, José Legrá y Ultiminio Ramos.
Sin embargo, sus conquistas fueron anuladas por la prensa oficialista del régimen, por tratarse de hombres que decidieron seguir sus carreras profesionales fuera de la isla.
Sólo Kid Chocolate fue reconocido por los medios castristas, porque decidió quedarse en Cuba hasta el día de su muerte, en 1988.
De los demás, el único que alguna vez fue mencionado fue Paret, pero sólo para resaltar su muerte, por la paliza que recibió a manos de Emile Griffin, y usarlo como propaganda en contra del pugilismo rentado.
Lo mismo ocurrió luego con otros boxeadores que después de haber participado en certámenes internacionales amateurs, como Juegos Olímpicos, optaron por escapar en busca de un mejor futuro.
Los cubanos dentro de la isla se quedaron, en su mayoría, sin disfrutar los triunfos de Joel Casamayor, Diosbelys Hurtado, Jorge Luis González, Juan Carlos Gómez, Erislandy Lara, Yuriorkis Gamboa, Guillermo Rigondeaux, Yordenis Ugás o Robeisy Ramírez, por sólo mencionar a un grupo de hombres libres que labraron su destino por sí solos.
Entretanto, la dictadura promovía el pugilismo amateur con fines propagandísticos, por la cantidad de medallas que le aportaba en Juegos Olímpicos, Panamericanos, Centroamericanos y del Caribe, que sirvieron para mostrar la supuesta superioridad del sistema comunista, tal como hacían la Unión Soviética y sus satélites de Europa del Este.
Y de la misma manera en que los cubanos se perdieron las hazañas de sus boxeadores profesionales, el pugilismo rentado se perdió la oportunidad de ver cuán lejos pudieron haber llegado innegables talentos como Teófilo Stevenson, Emilio Correa, Adolfo Horta o Félix Savón, entre tantos laureados en las contiendas aficionadas.
Randy Arozarena, deportista del año en México (VIDEO)

La historia de amor entre el pelotero cubano Randy Arozarena y México ya tiene matices de telenovela.
Ahora, la edición mexicana de la revista GQ acaba de seleccionar al jugador nacido en Arroyos de Mantua, Pinar del Río, como el deportista del año 2023.
Hace menos de un año, Arozarena era un desconocido para la mayoría de la sociedad mexicana y sólo los seguidores del béisbol sabían de su existencia con los Rays de Tampa Bay.
Pero el cubano, en agradecimiento al país que le dio su primera oportunidad profesional, tras escapar de la isla, decidió enfundarse el uniforme de México en el Clásico Mundial de Béisbol (WBC), y con su empuje y carisma, llevó al equipo a un histórico tercer lugar. Había nacido “El Charro de Vueltabajo”.
Lo que vivió México durante el WBC fue una verdadera Randymanía.
“Cuando más se ha hablado de béisbol en este país fueron, sin duda, esas dos semanas, porque todos estábamos ávidos de un buen resultado en cualquier deporte y resulta que el béisbol levantó la mano y dijo: aquí estoy”, dijo a la revista GQ el señor Horacio de la Vega, presidente de la Liga Mexicana de Béisbol (LMB).
“Todos, por supuesto, recordamos la locura que desató la selección y, especialmente, Randy Arozarena”, añadió el titular de la LMB.
La Randymanía lo convirtió en el jugador que más aumentó sus seguidores en redes sociales durante el WBC, con un incremento de 300% en Instagram y 105% en X (antes Twitter).
Su personalidad eléctrica lo catapultó como el rostro de un equipo que le ha devuelto a México la afición masiva por el béisbol.
Lo cierto es que, por donde quiera que pasa, deja una estela de simpatías, siempre presto a una foto con niños, a la firma de un autógrafo, al saludo a los fanáticos, sin perder la nobleza del guajirito que tiró sus primeras pelotas en Arroyos de Mantua.
Reportan fuga de nadador invidente cubano en Juegos Parapanamericanos en Chile

La fuga de deportistas cubanos en Chile continúa.
Yunerki Ortega, un nadador invidente que participó en los VII Juegos Parapanamericanos, abandonó la delegación este fin de semana, según resaltan varios medios de prensa en la capital chilena.
El subjefe de la delegación cubana, Agustín Abril, hizo la denuncia de su desaparición ante el Cuerpo de Carabineros (policía), cuyos investigadores constataron que Ortega se llevó todas sus pertenencias, tras competir el sábado en la prueba de natación de 50 metros estilo libre.
Cuba llevó a 53 deportistas a los Parapanamericanos, un evento de atletas físicamente discapacitados que comenzó a celebrarse en Winnipeg, Canadá, en 1999, luego de los Juegos Panamericanos.
Ortega es el primer integrante de ese grupo en abandonarlo.
Dos semanas antes, durante los XIX Juegos Panamericanos en la capital chilena, al menos 21 miembros de la delegación cubana decidieron no regresar a la isla. Al menos una docena de ellos intentan regularizar su situación migratoria con una solicitud de refugio en el país sudamericano.
En lo que va de año, más de 70 atletas cubanos de diferentes disciplinas han escapado de delegaciones en competencias internacionales o abandonado contratos en el extranjero, gestionados por las autoridades deportivas de la isla.
Según datos del Servicio Nacional de Migraciones, la delegación cubana estaba compuesta por 412 integrantes, quienes ingresaron a Chile con un pasaporte oficial, y sólo 391 tomaron los vuelos de vuelta a La Habana.
Al menos 11 de los que no volvieron ya han iniciado trámites para legalizar su estatus migratorio y han expresado incluso su disposición de representar a Chile en próximas competencias internacionales.
En los pasados Panamericanos, el versátil atleta Santiago Ford, nacido en Cuba, ganó la medalla de oro para Chile en la prueba del decatlón, mientras que su compatriota Yasmani Acosta consiguió el bronce en la categoría superpesada de lucha grecorromana.
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