Enlaces de accesibilidad

El castrismo y los pioneros


Los niños no nacen ni religiosos, ni con una idea política en particular, ellos son como un papel en blanco que comienza a ser llenado por los adultos y la sociedad, por eso la educación debe tener una objetividad apolítica y laica.

Entre los crímenes ejecutados por el castrismo en estos más de 50 años de poder absoluto sobre los ciudadanos cubanos se encuentra la manipulación descarada a las mentes infantiles con organizaciones “lavadoras de cerebro” como los pioneros.

El movimiento de pioneros es un concepto de los regímenes totalitarios que comienza su adoctrinamiento con los niños desde la escuela primaria hasta la adolescencia y aunque el ingreso es voluntario, no pertenecer a la entidad señala al muchacho y su familia como “desafecto” al régimen que traducido al lenguaje popular “es meterse en candela.”

En Cuba la organización de Pioneros se introdujo a partir de 1931 con la Liga de Pioneros de Cuba que tuvo una vida efímera de solo cinco años. Al triunfar Fidel Castro retomó la idea y el 4 de abril de 1961 se funda la Unión de Pioneros Rebeldes (UPR), quienes tenían el lema ¡Venceremos! Un año después se transformó en la Unión de Pioneros de Cuba y el lema cambió para ¡Siempre listos!

Posteriormente el movimiento infantil se hizo masivo y en 1977, durante el Tercer Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, se determinó convertirlo en Organización de Pioneros José Martí, extendiéndose hasta los niños y niñas de secundaria básica. Así, para el primer congreso de la organización en 1991, eliminaron el uso de la boina roja y se estableció el distintivo para la enseñanza secundaria, ya para ese entonces el lema se transformó en Pioneros por el comunismo. ¡Seremos como el Che!

El lavatorio cerebral fue más profundo, más enérgico, más directo, porque no solo determinaban el destino de los muchachos que era hacia el comunismo, sino le inculcaban una personalidad que debían ser a toda costa.

Los niños no nacen ni religiosos, ni con una idea política en particular, ellos son como un papel en blanco que comienza a ser llenado por los adultos y la sociedad, por eso la educación debe tener una objetividad apolítica y laica. Ese infante de manera gradual elegirá la postura tanto religiosa, como política que desea asumir en su vida.

En realidad la frase de los pioneros es solo el fragmento del iceberg ideológico trazado por el régimen castrista para mantener su control y poder sobre los ciudadanos. Hablamos de un estado absoluto donde los ciudadanos no tienen derechos, sino deberes y es gobernado por una elite que se autoproclama como detentora de la máxima comprensión de los ideales nacionales.Por eso no debe existir nada sobre el estado (revolución) o contra el estado, ya que ese estado no puede alcanzar sus altos fines sino en la medida que sus miembros se encuentren identificados con un objetivo común, por eso solo puede existir una sola prensa, un solo partido y una sola educación.

Veamos el Código de la niñez y la juventud aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular en 1978, lo cual significa que fue indicado por el Partido Comunista o dicho de manera sencilla un ordeno y mando del jerarca absoluto del país.

Un fragmento del artículo tres de este código reza así: “La formación comunista de la joven generación es una preciada aspiración del estado, la familia, los educadores, las organizaciones políticas, sociales y de masas que actúan constantemente para que en el propio quehacer de la construcción socialista, surjan y se desarrollen en los niños y jóvenes, los valores ideológicos del comunismo y los atributos y cualidades que les permitan cumplir su papel como herederos activos participantes y continuadores de la obra revolucionaria”.

Pero si tienen dudas del propósito del adoctrinamiento vean esta otra perla sobre el deber de los jóvenes y niños de ese código: “la dedicación a la causa del socialismo y el comunismo y la fidelidad a la clase obrera y a su vanguardia marxista-leninista, el Partido Comunista de Cuba”.

Y por supuesto los maestros y hasta los propios padres tienen que bailar el son de adoración al régimen y eso lo ratifica bien este otro segmento de ese panfleto: “La sociedad y el estado velan porque las personas que se vinculan a los niños y jóvenes en el proceso educativo constituyan un ejemplo para la formación de su personalidad comunista y estimulan a los ciudadanos que adquieren meritos en esa labor”.

¿Qué les parece? ¿No representa todo esto una profanación brutal a la inocencia de la niñez cubana? Es decir todos de una forma u otra recibimos esa medicina en mayor o menor grado durante nuestras vidas en la isla. No hay posibilidad de otras elecciones u otra manera de ver la vida. Solo hay una vía: el castrismo puro y la idolatraría a la elite que gobierna.

Por eso no es raro que todavía vivan ciudadanos dentro de la isla que consideran que ese gobierno los protege y vela por ellos. Por eso no es raro que el niño Lázaro Castro, un sencillo pionero que el 2 de junio del 2000 ante una enorme multitud en La Habana exigiera el regreso de Elián, además de leerle un poema a Castro fuese un devoto de su persona.

Después del evento, los colaboradores del mandamás llevaron al pionero y a sus padres a una reunión privada que duró cinco horas y en un momento de la reunión, Castro puso su mano en la cabeza del niño.

"Lázaro no se lavó el pelo por una semana después de eso. Y envolvió el uniforme de la escuela que usaba ese día y no deja que la gente lo toque. Dice que las huellas de Fidel están en éste y quiere conservarlas para siempre", dijo su madre orgullosa posteriormente a la prensa. "Está obsesionado con Fidel Castro", afirmó su madre.

Por supuesto que tamaña adoración del niño llega por vía de los padres, quienes declararon en aquel tiempo."Muchos cubanos no tienen dinero para comprar papel sanitario y usan periódicos. Nosotros también hacemos eso. Pero si vemos una foto de Fidel, la recortamos y la guardamos. Amamos a Fidel y oramos por su salud todas las noches", afirmó el padre del muchacho, un taxista.

Ser como el Che y aspirar al comunismo es la doctrina que les inculcan a los niños en Cuba. No hay dudas que Hitler y Stalin aplauden orgullosos desde sus tumbas el ejemplo tropical del castrismo que los imita a todas luces en esta trepanación ideológica a los cerebros infantiles.

Este crimen contra la inocencia no se debe olvidar nunca y esperemos que más temprano que tarde los niños en Cuba puedan optar por otros caminos más saludables y humanistas que preferir al comunismo y ser como el Che.

XS
SM
MD
LG