El gobierno de Estados Unidos defendió el martes en la Corte Suprema de Justicia su política de detener indefinidamente en su Base Aeronaval de Guantánamo, Cuba, a extranjeros sospechosos de terrorismo.
La Corte Suprema oyó el martes el primero de tres casos relacionados con la detención de más de 600 sospechosos extranjeros de unos 44 países. Muchos fueron llevados al campamento de detención en enero del 2002.
Joe Margulies, abogado del Centro para los derechos Constitucionales, cree que Estados Unidos no puede detener a nadie sin algún proceso que determine la legalidad de esa acción.
El gobierno federal alega que esos detenidos no son prisioneros de guerra, sino combatientes enemigos y que los tribunales federales no deben entrometerse en el manejo de la lucha antiterrorista.
Por su parte, el dictador de Cuba, Fidel Castro, dijo recientemente que ese campamento de detención es como un campamento de concentración donde los prisioneros no tienen derechos.
Castro hizo ese comentario el lunes en un discurso que trasmitió la televisión estatal en ocasión de cumplirse el 17 de abril 43 años del fracasado desembarco de la Brigada 2506 en Bahía de Cochinos cuya misión era sacarlo del poder.
El comentario de Castro vino después que en Ginebra, Suiza, la semana pasada su gobierno fue conminado en una resolución de la Comisión de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, a respetar esos derechos en la isla.
Durante las audiencias en Washington, la Corte Suprema examina los llamados "poderes de guerra" de Estados Unidos y los derechos de los sospechosos detenidos en la Base Aeronaval.
Los nueve magistrados tienen que decidir si los detenidos -- que están incomunicados sin haber sido acusados formalmente, excepto dos y que no tienen acceso a abogados -- tienen derecho o no a impugnar su detención en los tribunales de Estados Unidos.
El martes, en una conferencia de prensa el Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Felipe Pérez Roque, aseguró en La Habana que el proyecto de resolución que Cuba ha presentado en la Comisión de Naciones Unidas sobre Derechos Humanos, aborda el tema de las detenciones en Guantánamo, pero no es una venganza por el voto contra Cuba de la semana pasada.
Pérez Roque insistió en que el proyecto de resolución de Cuba no es una venganza, porque "tiene un enfoque más de colaboración, no punitivo como el Tema 9 (la resolución anticastrista)".