El anuncio tuvo lugar días después que el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, pidió la entrega de todos los prisioneros afganos detenidos por Estados Unidos, a raíz de versiones sobre presuntos maltratos contra reclusos.
El vocero militar de Estados Unidos, el coronel Jim Yonts, dijo a la prensa que la decisión es un gesto de amistad hacia el gobierno de Kabul y un símbolo de progreso en cuanto a la unidad de Afganistán.
Yonts afirmó que los 53 hombres estaban clasificados como “combatientes de bajo nivel”, que habían sido detenidos por agredir a civiles, las fuerzas de la coalición encabezada por Estados Unidos o soldados del gobierno afgano.