Lo anterior se refiere a la decisión de los cancilleres europeos de suspender temporalmente las sanciones diplomáticas adoptadas en junio de 2003 como respuesta a la ola represiva del gobierno de Castro.
El Herald reconoce a la República Checa el mérito por insistir en que la Unión Europea revise la nueva política en seis meses.
Subraya que los europeos no deben olvidar a los 75 presos de conciencia condenados en procesos espurios por publicar artículos en el extranjero, reunirse para discutir sus opiniones políticas o criticar públicamente al jefe de Estado.
Si esas actividades fueran delito en Estados Unidos, toda la junta editorial del Herald y quienes envían cartas al diario estarían en prisión, señala el diario.
El periódico expresa esperanza en que la Unión Europea cumpla su promesa de estrechar los vínculos con la oposición pacífica y la sociedad civil de la isla, lo cual --dice-- es clave para el futuro de Cuba.
Pero cuando se hable de legitimidad --concluye The Miami Herald-- habrá que sacar a Castro del juego, porque el dictador cubano no ha cambiado ni lo hará mientras viva.