Jenkins declaró que su deserción en 1965 estuvo motivada por el deseo de evadir el servicio militar en la península coreana y Vietnam.
En 1980, Jenkins se casó en Corea del Norte con una japonesa que había sido secuestrada por espías norcoreanos.
Su esposa fue devuelta a Japón en octubre de 2002 junto con otros ciudadanos nipones que habían sido tomados como rehenes por el régimen comunista de norcoreano hace tres décadas.