Durante una conferencia de prensa que sostuvo en Maguncia junto con el canciller alemán Gerhardt Schroeder, Bush manifestó que antes de acudir a Naciones Unidas en busca de sanciones, Washington verá cómo Siria responde al clamor internacional para que se vaya de Líbano, clamor que se ha hecho más fuerte desde que la semana pasada fue asesinado al ex primer ministro libanés Rafik Al-Hariri.
Francia tiene estrechos vínculos con Líbano y Estados Unidos es el principal proponente de una resolución en Naciones Unidas para pedir que Damasco retire 14,000 soldados de aquel país.
Muchos libaneses acusan a Siria por la muerte de Hariri. Washington ha aumentado la presión sobre Siria desde la muerte de Hariri y ha retirado a su embajadora en damasco, pero lo mismo que ha hecho Francia, se ha abstenido de culpar a Damasco por la muerte de Hariri y otras 17 personas cuando una bomba tremenda estalló en medio de la caravana de automóviles del ex primer ministro.
Mientras tanto, Irán acusó el miércoles a Estados Unidos de injerencia en los asuntos internos de Líbano y aconsejó al pueblo libanés que no se deje engañar por las exigencias de Washington para que Siria retire sus tropas.
El Ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Kamal Jarrazzi, dijo que Washington trata de proteger a Israel, su principal aliado en la región.
Por su parte, en Beirut, el primer ministro libanés Omar Karami dijo que está dispuesto a renunciar a causa de las presiones sobre su gobierno prosirio desde el asesinato de Hariri el 14 de febrero.
Karami dijo que buscará un voto de confianza el lunes próximo en el Parlamento.
“Estoy dispuesto a renunciar con la condición de que acordemos un nuevo gobierno para evitar caer en un vacío constitucional”, dijo Karami al diario Ah-Naja. “Si el resultado (en el Parlamento) es una moción de desconfianza, estamos dispuestos, y lo haremos, a acatar la voluntad de los legisladores”.