Desbarató edificios, destruyó embarcaciones, aplastó automóviles, tumbó árboles e inundó ciudades.
El mayor número de muertes parece haber sido causado por una masiva “marea de tormenta” que llegó del mar y penetró tierra adentro hasta una milla (1.6 kms) en partes de Misisipí.
“El Estado ha sufrido un golpe desastroso en la costa”, dijo a los periodistas el gobernador Haley Barbour. Añadió que el número de muertos variaba de 50 a 80 y podría ser aún mayor.
En Luisiana todavía no había una cifra oficial de muertos, pero el Alcalde de Nueva Orleáns, Ray Nagin, dijo que había cadáveres flotando en la inundación que cubría a la mayor parte de la ciudad.
“La ciudad de Nueva Orleáns se encuentra en un estado de devastación”, dijo Nagin a la televisora WWL. “Probablemente tenemos el 80 por ciento de nuestra ciudad bajo el agua. En algunos sectores el agua tiene profundidad de 20 pies (6 metros). Todavía tenemos muchos vecinos en los tejados. Los dos aeropuertos están bajo agua”.
La mayor parte de Nueva Orleáns está bajo el nivel del mar y la protegen terraplenes y compuertas. Nagin dijo que en algunos lugares las compuertas cedieron ante la marea de tormenta, incluso un enorme boquete en un tramo de 200 pies (60 metros) cerca del centro de la ciudad por el cual entraba un torrente de agua del Lago Pontchartrain.
“Hay una grieta grande que causa que el agua siga subiendo”, dijo Nagin. Empeoraba el problema el mal funcionamiento del sistema de bombeo que la ciudad emplea para extraer el agua de una inundación.