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Un recorrido por el Hospital Julio Trigo


Enfermera cubana se desinfecta los zapatas a la entrada de un hospital en La Habana, Cuba.
Enfermera cubana se desinfecta los zapatas a la entrada de un hospital en La Habana, Cuba.

Quiero invitar a mis estimados lectores a dar un pequeño recorrido por el interior de nuestro sistema de salud.

Por estos días, los medios se han hecho eco de los acuerdos del Gobierno Brasileño con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en la que se pretende la contratación de 4000 médicos cubanos.

Actualmente, ya se encuentran 400 en el gigante Sur que serán destinados a ejercer en regiones apartadas, cumpliendo un programa llamado “Más Médicos”, que según las autoridades brasileñas garantizará una alternativa para millones de personas que hoy no tienen acceso a un médico.

Quiero invitar a mis estimados lectores a dar un pequeño recorrido por el interior de nuestro Sistema de Salud; fundamentalmente, centremos nuestra atención en los Hospitales y Policlínicos donde se presta servicio a los cubanos de a pie: al cubano pobre y humilde, pues en la práctica el programa del médico y la enfermera de la familia va desapareciendo.

No se puede negar que estos programas llegaron a ser el eje principal del sistema de atención primaria de salud, pero en los últimos años, más de 40, 000 médicos han salido del país a “cumplir misiones en otros países”. A todo este desastre hay que sumarle las toneladas de recursos -entre equipos, medicamentos, insumos y productos químicos- desviados para cubrir misiones de interés político en países de Latinoamérica y África.

Lo cierto, es que a lo largo y ancho de la Isla la mayoría de los consultorios médicos están cerrados por falta de personal; algunas consultas se mantienen abiertas por la labor que prestan estudiantes de medicina que cursan el tercer año de la carrera, carentes de calificación y responsabilidad profesional.

Aunque el país cuenta con centros de tecnología avanzada, donde se producen medicamentos para la exportación, las farmacias del pueblo carecen de todo tipo de productos; el déficit alcanza medicinas esenciales, como analgésicos, antiácidos, vitaminas, jeringas, termómetros, según declaraciones de las trabajadoras de estas dependencias que por razones de seguridad no se identifican.

En nuestro recorrido visitamos la Sala de Terapia del Hospital Julio Trigo, en la capital, y establecimos diálogos con algunos enfermos allí hospitalizados.

María del Carmen Figueroa, una anciana de 76 años de edad, que fue internada por una sospecha de presentar cáncer de pulmón, lleva 20 días esperando que le realicen la broncoescopía, lo que no ha podido suceder por encontrarse roto el equipo.

Jesús Alberto Reina, un paciente de 62 años de edad, es la tercera vez que permanece ingresado en este Hospital a causa de un enfisema pulmonar y una bronquiectasia; en dos ocasiones le han dado de alta y han tenido que ingresarlo según argumenta por no tener acceso a un simple botellón de oxígeno que lo ayude con su limitación respiratoria…

En este recorrido, tuvimos la oportunidad de conocer a Alicia Vidal, de 52 años de edad, que hacía un año esperaba que le realizaran una gastroendoscopía y finalmente pudo lograrlo, después de ofrecer una dádiva de 5.00 CUC a personal médico.

Según el resultado de la prueba, la señora Vidal padece duodenitis crónica y úlcera Péptica. El especialista le indicó un tratamiento; ahora, su mayor preocupación es encontrar los medicamentos, pues según la informaron que sólo existen en las farmacias que vende en pesos convertibles.

“El incremento de las enfermedades transmisibles es motivo de creciente preocupación”, explicó el epidemiólogo Dr. Galindo, a un grupo de familiares reunidos en la sala de estar del Hospital Julio Díaz.

Según el galeno, todo el año se reciben cientos de casos, afectados por epidemias como el Dengue, Lectopirosis, meningo encefalitis.

“Ahora nos está afectando el cólera, y no contamos con los recursos indispensables para combatirlo; se necesita mucho apoyo y comprensión por parte de los familiares”, concluyó.

Todo indica que hace años se abandonaron programas que lograron algún funcionamiento dentro del Sistema de Salud cubano; la famosa potencia medica quedó atrás, como tantos programas.

El sistema de salud en la Isla agoniza. Lo que más llama la atención, en medio de este desastre, es que el pueblo humilde y pobre no tenga acceso a la asistencia médica en los hospitales llamados diferenciados, como el “Cira García”, CIMEQ, Frank País y La Pradera.

Este post de Jorge Alberto Liriano Linares fue publicado en el sitio de la agencia Hablemos Press.
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