La familia cubana sufre un mal instaurado hace ya seis décadas, régimen desprovisto de capacidades para satisfacer las necesidades elementales de su gente, entre ellos el problema habitacional.
Muchos son los cubanos cuyas casas estan en un estado deplorable y este es el caso de Noira Hernández García, su vivienda está ubicada en la calle Aguiar 105 apto 8 esquina a Cuarteles, en el Municipio Habana Vieja, en el residen además 28 núcleos familiares, algunos en albergue, a la espera.
Declarado inabitable desde el año 1969, momento en que se le abrió el expediente número 233, desaparecido en la Dirección de Vivienda, fue reabierto con el número 277 en el año 1981. La situación del inmueble es alarmante, con riesgo para la vida, rajaduras en las paredes, filtraciones, desplome del baño, pisos hundidos, permanece a la espera de una casa que le proporcione un espacio seguro y confortable para su familia.
La solución por parte de la entidad correspondiente ha sido proporcionarle albergue en Cambute, municipio San Miguel del Padrón, sitio en estado desastrozo por lo que no aceptó, la segunda opción fue un local en la calle Monte en las cercanías de la Plaza de Cuatro Caminos, igual de deplorable, luego en la calle Aguiar, un lugar sólo para dormir, donde se cayó el baño en pleno día.
Pedimos a los vecinos se unieran a ella y accedieran a la entrevista, pero el miedo a represalias hizo que no aceptaran y es que los cubanos ni siquiera conocen los documentos que avalan sus derechos, proclamados por las Naciones Unidas y recogidos en la Carta Internacional de Derechos humanos.
Desconocen el derecho que poseen a una vivienda digna, a habitar en espacios salubres, con una relación vecinal adecuada, estos son bienes básicos para vivir confortablemente, hablar de derechos humanos en Cuba es sinónimo de disidencia.
