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Cuba 2013: pronóstico reservado


Archivo - Varios carniceros esperan la llegada de clientes en un agromercado de La Habana (Cuba).
Archivo - Varios carniceros esperan la llegada de clientes en un agromercado de La Habana (Cuba).

Hacer tres comidas diarias en Cuba es un lujo. La mayoría de la gente desayuna café sin leche y pan con aceite. O no desayuna.

Veamos las predicciones del gobierno. Según dicen los tecnócratas del Estado, el PIB de Cuba crecerá un 3,7% en 2013. Los portavoces del General Raúl Castro aseguran que, a pesar de la crisis económica internacional que afecta a medio mundo, los servicios sociales mantendrán los mismos parámetros del 2012.

Las 'buenas noticias' siguen llegando desde el Palacio de la Revolución. La industria de materiales de construcción debe aumentar en 5,4%. El suministro de energía eléctrica se incrementará un 2%. El plan de inversiones un 34%. Las construcciones un 20,8%. La transportación de pasajeros nacionales llegará al 10,1%. La productividad laboral se estima alcance un 2,6%.

La guinda de los vaticinios oficiales para 2013 es que por primera vez, el turismo puede superar los 3 millones de visitantes. Los mandarines de verde olivo, quienes controlan el 80% de las riquezas del país, auguran que será un año superior en términos económicos. Pero las cifras macroeconómicas no acaban de aterrizar en la mesa de los cubanos. Desde hace 20 años, la canasta básica de una mordida devora el 90% de los ingresos de una familia en la isla.

Hacer tres comidas diarias en Cuba es un lujo. La mayoría de la gente desayuna café sin leche y pan con aceite. O no desayuna. En los hogares, se trata de garantiza el almuerzo a los enfermos, ancianos y niños. Un alto segmento de la población almuerza panes con croquetas o pizzas elaboradas en cafetines particulares. Por la noche, la cena ideal es de cuatro platos: arroz blanco, frijoles, huevo, carne de cerdo o pollo, ensalada o vianda de estación.

No siempre hay frijoles o carne. Conseguir comida es ahora mismo la primera preocupación de los cubanos. Los altos precios de los alimentos provocan que muchas personas, a duras penas, puedan cubrir sus necesidades nutritivas.

Desde hace años, el General Raúl Castro reconoce que garantizar los frijoles es más importante que tener lista una flota de tanques T-62. El ineficiente sistema agrícola y ganadero no ha podido garantizar leche y derivados, carnes, legumbres, viandas, frutas y vegetales a precios acordes a los salarios de miseria que devengan los trabajadores cubanos. En otros sectores la gestión tampoco es eficiente. El abasto de agua en La Habana, por ejemplo, suele ser en días alternos, y en villorios como El Calvario, la distribución es cada tres días.

Esto ha provocado que numerosas familias a lo largo y ancho del verde caimán, se hayan visto obligadas a montar en sus casas depósitos suplementarios para almacenar agua. Por lo regular se encuentran destapados y en mal estado, provocando una nube de mosquitos trasmisores del dengue. O la reaparición de enfermedades como el cólera, debido a la escasa potabilidad del agua.

Otro problema cotidiano del cubano de a pie es el transporte público. En Cuba no tenemos una línea de metro; el ferrocarril suburbano prácticamente no funciona y los taxis a precios módicos no existen. Entonces la dos únicas maneras de trasladarse de un sitio a otro es mediante ómnibus urbanos o taxis particulares que cobran diez o veinte pesos por el trayecto.

Hace cinco años se instauró una red de autobuses articulados en La Habana. Eran 17 líneas que recorrían las principales arterias de la ciudad. Circulaban con una frecuencia de 5 a 10 minutos en horas picos. Por falta de piezas de recambio, más de 200 están parados. El déficit de autobuses ha provocado un colapso en la transportación de pasajeros en la capital.

Tampoco las optimistas cifras macroeconómicas se observan en la reparación de los innumerables salideros de agua en barrios y municipios. O en los arreglos de calles y edificios multifamiliares. Hay una discordancia. El gobierno asegura que la venta de materiales de construcción sin subsidios del Estado crece por años.

Pero cuando usted visita los rastros donde los venden, casi nunca encuentra los que necesita. Sin contar los altos precios. No todas las personas pueden pagar un saco de cemento entre 90 y 110 pesos. O un bloque o ladrillo a 10 pesos.

He revisado los pronósticos económicos para 2013 y no he leído una línea donde el gobierno prometa estudiar, gestionar o resolver los bajos salarios. O esa contradicción de dos monedas circulando dentro del país. Y con una de ellas, la fundamental, el peso convertible (cuc), no le pagan al grueso de los trabajadores.

En cualquier análisis sensato se llegaría a la conclusión de que una familia de 4 personas, si desea vivir decorosamente, al mes debería ingresar no menos de 6 mil pesos o 240 cuc. El salario promedio en Cuba es de 400 pesos. La poca solvencia es la causa de la baja productividad y mala calidad en la elaboración industrial. Muchos van al trabajo a robar. Lo que puedan.

El horario laboral es letra muerta. Los comercios abren media hora después del horario señalado y cierran media hora antes. En plena jornada, en tiendas y mercados son habituales los arqueos o conteos de caja, paralizando las ventas.

El cubano no es un vago consuetudinario. Ha demostrado su laboriosidad y creatividad en aquellos lugares donde se ha establecido, como en la Florida. Pero considera que en su patria no ha recibido estímulos suficientes para trabajar bien y mucho. Por estos días, cuando usted conversa en las colas, la gente se muestra escéptica con los pronósticos esperanzadores del gobierno.

Al margen de los 'buenos' augurios económicos, existe un asunto primordial que el régimen prefiere no comentar. Es el estado de salud del presidente Hugo Chávez, quien permanece entre algodones en una clínica habanera. Una atmósfera de suspense y secretismo rodea el futuro del mandatario morocho.

A ciencia cierta, nadie sabe si el 10 de enero podrá tomar posesión, en Caracas o en una sala médica de La Habana. Si en 2013 Hugo Chávez se ve imposibilitado de ejercer su cargo, el epicentro del terremoto político afectaría con intensidad a Cuba, cuya economía es altamente dependiente de los 100 mil barriles de petróleo diarios que a precio de saldo concede el generoso venezolano.

Un nuevo gobierno, incluso chavista, provocaría un angustioso compás de espera en la isla. El factor Chávez es más importante para los Castro que los radiantes pronósticos macroeconómicos publicados.

Sin Chávez, 2013 sería un año negro y duro en Cuba. Por ello, la autocracia criolla hace todo lo que está a su alcance para que sus vaticinios optimistas no cambien de rumbo. Desde una misa al comandante bolivariano en un templo católico hasta invocar a los orishas de la religión afrocubana. Todo vale.
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