Ante esta información, el Secretario de Estado de Estados Unidos, Colin Powell, declaró que sería desafortunado que Corea del Norte realice una nueva prueba de misil.
Powell aseguró que una prueba de misil por parte de Pyongyang no intimidaría a Washington, ni cambiaría su respaldo a las conversaciones multinacionales sobre el programa nuclear norcoreano.
Powell dijo que espera que el gobierno de Pyongyang entienda que mientras más rápido coopere para poner fin a la crisis en torno a sus planes nucleares, más pronto otros países serán capaces de ayudar a Corea del Norte aresolver sus problemas.