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La inacabable construcción


Ciudadanos construyen viviendas en Habana
Ciudadanos construyen viviendas en Habana

Hay serios problemas con algunos materiales. Desaparecen de los rastros ubicados en cada municipio donde estas mercancías cuestan menos que en la shopping, pero hay quienes las acaparan para revenderlas.

Por estos días se ven los materiales de la construcción en las puertas de las casas y apartamentos, en los patios, aceras y hasta en la calle.

Los necesitados de remozar sus casas aprovechan que en invierno casi no llueve: tienen la esperanza de que terminarán las reparaciones antes de que comience la temporada ciclónica.

"Tengo filtraciones en las paredes cuando llueve. Quiero acabar de arreglar un poco el techo y después "remendar" las ventanas porque es demasiado caro volverlas a hacer. En la casa no se acaba nunca"- expresa un joven que sabe algo de construcción y asume personalmente la obra, debido a lo muy encarecida que está la mano de obra en los últimos tiempos.

"Rezo todos los días porque no nos manden para un albergue. ¿Con qué dinero vamos a arreglar la escalera, si no nos alcanza para vivir con lo que ganamos? "- comenta una pensionada de Alamar que vive en un edificio que tiene en pésimo estado la escalera.

Casos como el suyo corren por el bolsillo de los vecinos. Los gobiernos municipales y provinciales no se ocupan de situaciones como estas que pueden provocar derrumbes parciales o totales.

Si bien el gobierno ha creado un sistema de préstamos bancarios para aliviar a las personas de pocos recursos, la cuestión no es solo esa. Hay serios problemas con algunos materiales. Desaparecen de los rastros ubicados en cada municipio donde estas mercancías cuestan menos que en la shopping, pero hay quienes las acaparan para revenderlas.

"Necesito gravilla, eso me tiene parada la construcción. Se me va a echar a perder el cemento. La cola del rastro no avanza. Unos cuantos llevamos tiempo esperando y nada. Si tenemos que hacer la casa o arreglarla por nosotros mismos, debiera estar siempre todo lo que uno necesita", se lamenta una mujer residente en Centro Habana.

Es conocido el desfalco de Habaguanex, la empresa que se jactaba de acometer arreglos de alta calidad en zonas escogidas como las cercanas al Malecón habanero y en el Casco Histórico. Su eficiencia sería para con los inmuebles estatales, no así para con las viviendas.

Más de 20 millones de dólares llegaron a los bolsillos de los corruptos, y cientos de miles de personas que vivían en zonas céntricas de la Habana Vieja tuvieron que irse para barrios de la periferia capitalina, donde las condiciones habitacionales y de transporte no son las mejores.

Otro tanto sucede en barriadas como Miramar, donde en cuestión de meses, el entorno cambia de manera sustancial con la aparición de condominios cuyos altos alquileres son en CUC, centros comerciales y otras atracciones para los poderosos, que manejan no solo sus autos sino buena cantidad de moneda dura en efectivo.

Mientras tanto, las filas de personas desesperadas aparecen desde la madrugada en las instancias municipales del Instituto de la Vivienda, exento de auditorias, a pesar de la conocida corrupción de sus empleados y dirigentes, así como en los rastros municipales, donde pueden adquirir, a veces, parte de lo que requiere el mantenimiento de sus casas.

La corrupción, la indolencia, el desvío de recursos y la indisciplina generalizada son los mejores ingredientes para preparar la destrucción de La Habana, mucho antes de que la visite un huracán.

Publicado en Primavera Digital el 6 de febrero de 2013.
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