Valiéndose de su portavoz en la Casa Blanca, Scott McClellan, el Presidente expresó su dolor por la muerte de americanos en ese ataque y envió sus condolencias a las familias de las víctimas, destacando que la misión que Estados Unidos desarrolla en Iraq es vital para la paz.
Añadió Bush que los terroristas y los partidarios de Saddam Hussein tratan de forma desesperada de impedir la transición a la democracia y la libertad en Iraq.
Aunque el Pentágono no había confirmado aún la cifra de soldados y civiles muertos en el ataque de Mosul, fuentes militares dijeron que murieron 22 personas, 19 de ellas militares. El grupo extremista islámico Ejército Ansar al-Sunna asumió responsabilidad por el atentado.
Por su parte, la empresa de servicios petroleros Halliburton, de Estados Unidos, dio a conocer en un comunicado que cuatro empleados suyos y tres subcontratistas civiles murieron en ese ataque y expresó sus condolencias. Agregó que otros empleados resultaron heridos, pero no dijo cuántos.
La mayor parte de las víctimas del ataque se hallaban en comedor de la base americana de Merez, en Mosul, donde estalló uno de los cohetes disparados contra las instalaciones militares. En los primeros momentos se informó que el ataque había sido realizado por un terrorista suicida del grupo extremista islámico Ejército Ansar Al-Sunna, vinculado a la red terrorista Al Kaeda, que asumió responsabilidad por el atentado.