Enlaces de accesibilidad

El comunista español que copió al NKVD en el Escambray


Ángel Martínez Riosola a la izquierda.
Ángel Martínez Riosola a la izquierda.

Ángel declara que eran bandidos y que así había que llamarles. La idea agradó a Castro, y desde entonces no existe en Cuba otra manera de nombrar a los que lucharon contra el régimen en esa contienda.

El peligro de un Nuevo Idioma o Neolengua, dentro del socialismo fue adelantado por George Orwell en 1984. En Cuba existe un término que se le aplicó a los que con las armas se enfrentaron al sistema impuesto desde 1959 – Bandidos. Ese fue el calificativo para todos los que estaban combatiendo en las montañas y llanos de Cuba contra Castro.

Nada de insurgentes, rebeldes, alzados, guerrilleros, simplemente bandidos. La guerra se llamó Lucha contra Bandidos. Dentro del Ejército se crea la Sección de Lucha contra Bandidos y las unidades de combate se llamaron Batallones de Lucha contra Bandidos. Existe desde 1984, en el centro de la Isla, en Trinidad, un Museo Nacional de la Lucha contra Bandidos, ubicado en el edificio del Convento e Iglesia de San Francisco de Asís, el más emblemático de los edificios de esa villa. Bandidismo fue el término escogido y no fue al azar la elección.

Ese calificativo lo acuñó un español, asesor hispano-soviético, como se le llamaba a los primeros consejeros que llegaron de la URSS a Cuba. Ese asesor fue Ángel Martínez Riosola o Francisco Ciutat, al igual que los demás hispano-soviéticos venía con el fogueo del combate en la Guerra Civil Española, la Segunda Guerra Mundial y la persecución a los nacionalistas ucranianos, lituanos y estonios que lucharon contra las autoridades soviéticas.

Ciutat fue coronel del ejército republicano, jefe de estado mayor de un frente que al ser derrotado el bando republicano escapa a la URSS. En la Academia Militar Voroshilov, en Moscú, fue profesor junto a otros españoles durante la Segunda Guerra Mundial. En la URSS tuvo igual graduación militar y era conocido como Pablo Pablovich Stepanov. A Cuba llegó en marzo de 1960, en vuelo desde Venezuela, a través de Praga y Bruselas, algunos dicen que para evitar cualquier relación con la URSS, otros que fue para reunirse con los dirigentes españoles exiliados y coordinar una mayor ayuda a La Habana.

A la isla arribó con un pasaporte a nombre de Ángel Martínez Riosola, o simplemente el Comandante Angelito. Estuvo presente en los combates de Bahía de Cochinos y en la creación de las estructuras militares del país. Fue asesor en la jefatura de las operaciones en el Escambray durante los combates, incluso es herido en la pierna durante un enfrentamiento.

Ángel Martínez Riosola (Francisco Ciutat) con Fidel y Raúl Castro.
Ángel Martínez Riosola (Francisco Ciutat) con Fidel y Raúl Castro.

A principio de 1962, en una reunión donde estaban presentes Fidel Castro, Juan Almeida, jefe del Ejército Central, el jefe de operaciones, Raúl Menéndez Tomassevich y el asesor hispano-soviético, mientras explicaba Tomassevich la ubicación de las formaciones enemigas y las iba nombrando de diversas maneras: alzados, rebeldes, etc., Ángel declara que eran bandidos y que así había que llamarles. La idea agradó a Castro, y desde entonces no existe en Cuba otra manera de nombrar a los que lucharon contra el régimen en esa contienda.

El término ya había sido acuñado en la URSS en la lucha contra los nacionalistas ucranianos, lituanos, estonios, letones y de otras nacionalidades, que tomaban las armas contra Moscú. La Constitución de la URSS de 1924 tenía un artículo (61) en su noveno capítulo, para definir las funciones del Departamento de Seguridad del Estado o Dirección Política Principal Unificada (OGPU), donde se explicaba que la función principal era la lucha contra la contrarrevolución económica y política, el espionaje y el bandidismo. Dentro de la OGUP estaba el Departamento de Operaciones, encargado de esa lucha contra los denominados “bandidos” y en 1944 se reorganiza y surge la Dirección General de Lucha contra el bandistismo dentro del NKVD, cuyo segundo departamento se especializaba en la zonas del occidente de la URSS. Y es que el 60 por ciento de los incidentes armados ocurrían en Ucrania, Lituania, Estonia y Letonia; y se hacía la distinción entre la lucha contra el “bandidismo político”, del criminal.

Los rebeldes de Lituania fueron los miembros de la Unión de Luchadores por la Libertad de Lituania, conocidos como Hermanos de la Foresta. En Estonia existe una organización de veteranos combatientes que estuvieron al lado de Alemania, y que se denomina Asociación de Luchadores de la Libertad, agrupando incluso a los que de 1918 a 1920 combatieron al Ejército Rojo, y a los que en la guerra mundial formaron las unidades al servicio del Tercer Reich. En Ucrania tomaron las armas el Ejército Insurreccional Ucraniano (UPA) y la Organización de los Nacionalistas Ucranianos (OUN). Por décadas se calificó a los que las integraban como traidores, colaboradores de los nazis y un anatema cayó sobre sus líderes.

En México se les llamó Insurgentes a aquellos que levantaron las armas contra España, y aunque entre ellos lucharon y cambiaron de bando, al final fueron calificados de Insurgentes. En España hay carlistas, republicanos, franquistas, pero nunca aparece el calificativo de bandidos. Los ingleses prefieren llamar a una contienda bélica civil con un poético nombre - “guerra de las rosas”. Una guerra civil marcó la historia de Estados Unidos y los vencedores norteños no llamaron bandidos a los vencidos sureños.

  • 16x9 Image

    Álvaro Alba

    Historiador y periodista especializado en temas de Europa del Este y la ex Unión Soviética. Máster en Historia por la Universidad Estatal de Odesa, Ucrania. Premio Emmy 2017 (Emmy Award) en la categoría de Documental Histórico.

    Ha publicado en ABC, Diario de Las Américas, El Nuevo Herald, entre otros. Actualmente trabaja en MartiNoticias.com. Autor de Castro y Stalin, almas gemelas (2002); En la pupila del Kremlin (2011) y Rusia: la herencia del estalinismo (2012). Es Asociado Principal de Investigación (Senior Research Associate) del Centro de Estudios Cubanos (Cuban Studies Institute CSI) de Miami y miembro de la Asociación para Estudios Eslavos y del Este de Europa (ASEEES).

XS
SM
MD
LG