Ese día, los cardenales celebrarán en la Basílica de San Pedro la llamada misa “Pro elegendo Papa” y después se reunirán en la Capilla Sixtina para comenzar el Cónclave en el que será elegido el nuevo Pontífice.
Según establece la constitución apostólica, el Cónclave tiene que celebrarse no antes de 15 días ni después de 20 de la muerte del Santo Padre. El futuro Papa será designado por voto secreto.
Por primera vez, la elección del Pontífice será anunciada por las campanas de la Basílica de San Pedro, además del tradicional humo blanco.