El principal centro de concentración fue la ciudad de Aparecida, en el interior del estado de Sao Paulo, hasta donde llegaron más de 60 mil peregrinos para orar por el Santo Padre ante el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Aparecida, la Virgen Negra, patrona de Brasil.
Dicha ciudad recibe una romería de 140 mil fieles por semana, unos siete millones de fieles por año. En esta oportunidad, las oraciones pidieron la salvación de Karol Wojtyla, quien durante sus 26 años de papado visitó el país en cuatro ocasiones.
Brasil, la nación con más católicos del mundo, 125 millones según una encuesta oficial del año 2000, comenzó una semana de luto decretada por el presidente Luis Inacio Lula da Silva, quien viajará a Roma para el funeral del viernes.
El Cardenal Eugenio Salles, arzobispo emérito de la Arquidiócesis de Río de Janeiro, declaró a la Agencia Francesa de Prensa que nunca había visto algo similar a la movilización mundial provocada por el deceso de Juan Pablo.