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CELEBRAN LOS SESENTA AÑOS DEL TRIUNFO ALIADO SOBRE ALEMANIA NAZI


Teniendo a su lado al presidente George W. Bush, al primer mandatario francés Jacques Chirac y el Canciller de Alemania, Gerhard Schroeder, Putin declaró que Rusia jamás olvidará la deuda que tiene con millones de ciudadanos soviéticos que murieron para derrotar al nazismo.

Dijo que la victoria aliada sobre los nazis fue “la victoria del bien sobre el mal”.

Se calcula que la Unión Soviética perdió aproximadamente 27 millones de personas durante el conflicto que en Rusia se recuerda ahora como “La Gran Guerra Patriótica”. Pocas familias salieron ilesas de esa guerra y el 9 de mayo de 1945, que se festeja en Rusia como Día de la Victoria, sigue siendo sagrado en la mayor parte de la ex Unión Soviética.

Putin agradeció a los aliados de aquella Unión Soviética por el papel que desempeñaron en el conflicto y pidió la unión de las antiguas repúblicas soviéticas y el mundo.

También trazó un paralelo entre la guerra y la presente amenaza del terrorismo diciendo que la generación actual “está obligada a permanecer fiel a la memoria de nuestros padres, obligada a construir un mundo sobre los cimientos de seguridad y justicia… y a no permitir que se repitan las guerras, sean frías o calientes”.

Los gobernantes de dos países bálticos —Estonia y Lituania — se mantuvieron retraídos. Estaban furiosos porque Putin describió a la Unión Soviética como nación “liberadora” a pesar de décadas de cruel ocupación.

El presidente Bush balanceó con clara deliberación su visita a Moscú con un viaje a Latvia, la tercera nación báltica que también fue ocupada por los soviéticos, a la cual elogió como “joven democracia” y tenía planes para hacer el jueves escala en Georgia, donde un nuevo liderazgo pro-occidental trata de deshacerse de la influencia rusa.

Se pidió a los rusos comunes y corrientes que permanecieran en sus casas, parques y plazas para festejar el aniversario y evitar una congestión inmanejable en Moscú.

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