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CASTRO TOMA MEDIDAS CONTRA LA TRANSICION HACIA LA DEMOCRACIA


El gobierno comunista de Cuba ha anunciado una radical subida de precios de los alimentos y otras medidas económicas en respuesta al plan que Estados Unidos ha anunciado para acelerar la transición política hacia la democracia genuina en la isla.
Una nota oficial del régimen de Fidel Castro dijo el lunes que los precios de comidas y el combustible aumentarán inmediatamente y que en las tiendas estatales que venden artículos de consumo solamente en dólares con el propósito de recaudar moneda fuerte, se venderán "hasta nuevo aviso" alimentos y productos de aseo, dice la nota gubernamental.
El régimen alega que las medidas que ha anunciado Washington "elevarán . . . los precios en las cadenas de tiendas que ofertan sus productos en divisas convertibles y en los centros de expendio de combustible".
Las medidas castristas afectan a las denominadas tiendas de recaudación de divisas donde se venden por dólares todo tipo de productos que no se pueden comprar en otros lugares, desde jabón y aceite hasta ropa y electrodomésticos. El régimen castrista ha suspendido hasta nuevo aviso las ventas en las "tiendas de dólares" de productos que no sean alimentos y artículos de aseo personal.
Las severas medidas del gobierno de Castro al reaccionar contra el endurecimiento de la política de Estados Unidos con Cuba, han causado incertidumbre en el pueblo cubano y severas críticas en la oposición (disidencia).
Washington adoptó la semana pasada medidas para acelerar un cambio político en Cuba que contemplan, entre otras, reducir las visitas de familiares residentes en Estados Unidos y limitar la suma de dinero que pueden gastar los cubanoamericanos en la isla.
El dirigente oposicionista Vladimiro Roca dijo el lunes a Radio Martí que las medidas de Estados Unidos para ayudar a acelerar la transición política de Cuba hacia la democracia "son un gesto de solidaridad con el pueblo". Pero el régimen castrista las califica de "brutales y crueles" y anunció 15 medidas propias para contrarrestar las anunciadas en Washington.
La reacción en la población ha sido rápida: pánico. Cientos de cubanos desesperados acudieron el lunes por la noche a las gasolineras de La Habana para llenar el tanque de sus vehículos antes de que subiera el precio en cantidad que todavía el gobierno no había fijado. El público también invadió las tiendas de dólares para abastecerse. Temía que no abrieran el martes.
Los observadores manifestaron que el mercado "no quedará desabastecido de la noche a la mañana", pero advirtieron que los precios subirán inmediatamente.
Un economista dijo que la respuesta del gobierno de Castro "es un paso más en el enfrentamiento que mantienen Washington y La Habana, pero hay más de golpe de efecto que sustancia".
Por su parte, algunos diplomáticos acreditados en La Habana creen que la reacción del régimen añade tensión en la isla y pronosticaron tiempos difíciles. Algunos miembros de la disidencia creen posible que aumente la represión.
"Es una estrategia para endurecer la política interna y justificar mayor represión en Cuba", dijo Miriam Leyva, esposa del economista Oscar Espinosa, que ha sido condenado a 20 años de prisión. Ella también criticó las medidas que Washington anunció la semana pasada.
Elizardo Sánchez Santacruz, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, comentó que el gobierno de Castro "está utilizando un principio del judo: usar el impulso del contrario en su propio beneficio".
El comunicado del gobierno de Castro dijo que las medidas de Washington "van dirigidas a estrangular nuestro desarrollo y reducir al mínimo los recursos en divisas imprescindibles para las necesidades de alimentación, servicios médicos, educacionales y otros esenciales".
Las medidas que ha tomado el gobierno de La Habana parecían encaminadas a revivir la economía centralizada y subsidiada de los años 70 y 80.
Según propuso la Comisión de Apoyo Para una Cuba Libre, el gobierno del presidente George W. Bush ha limitado la visita de cubanoamericanos a sus familiares a una vez cada tres años en vez de una al año, pero dejó intacto el límite anual de envío de divisas a Cuba, de 1,200 dólares. Sin embargo, ahora solamente los familiares más cercanos del remitente podrán recibir ayuda económica de los cubanoamericanos, pues se excluye a tíos y primos.
Además, beneficiarios de esos envíos de dólares desde Estados Unidos no podrán ser "funcionarios cubanos o miembros del Partido Comunista".
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