En el año 2000, cuando el presidente ruso, Vladimir Putin, estuvo de visita oficial en la isla, no se logró revitalizar la que entonces ya se consideraba una distante relación bilateral.
Adicionalmente el cierre por parte de Moscú, meses después, de la base de inteligencia que aún mantenía en Cuba, molestó a Fidel Castro, acelerando de esta manera el final de una era de estrecha colaboración entre ambos países.
Actualmente Rusia asegura que el gobierno cubano le debe más de 20.000 millones de dólares, pero Castro argumenta que es Moscú quien le debe dinero a él por los "daños y perjuicios" causados a la isla, por el derrumbe de la Unión Soviética.
En el presente, los lazos económicos y políticos de Cuba son mucho más cercanos con China que con Rusia.